El nadador español David Meca, que tuvo que abandonar su intento de cruzar el lago Ness, reconoció ayer que su equipo hizo bien en obligarle a salir del agua ya que “lo importante es la salud y luego todos estos retos”.

“Yo pensaba que tenía todavía fuerzas y podía aguantar dos horas, que hubiera sido llegar hasta la meta, pero si mi equipo lo decidió así, respeto la decisión”, reconoció Meca.

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El catalán reiteró en múltiples ocasiones sus “disculpas” a su equipo por su actitud tras la prueba y admitió que cuando terminó la carrera dijo algunas cosas de las que se arrepiente: “Agradezco que cuidaran de mí. Además, todavía nos quedan muchos mares que cruzar”.

Meca también quiso aclarar la decisión tomada por sus compañeros: “Cuando baja tu cuerpo de 35 grados empiezas a desvariar, tienes confusión y sueño. Ahí es cuando comienza lo peligroso”, dijo el nadador.

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Con todo, intentó justificar su reacción, aparte de por la irritabilidad propia de la hipotermia, por el esfuerzo que había dedicado en lograr esta hazaña: “Da rabia el no haberlo conseguido. Haberse preparado durante mucho tiempo, haber subido más de seis kilos... Nunca me había retirado de prueba alguna”, sentenció.

A pesar abandonar su intento de cruzar el lago Ness, Meca reconoció que tiene “esa espinita clavada” y que le “gustaría volver a intentarlo otro día”.