Desde 1991, unas quince personas se extraviaron en la isla. Dos en el 2004, y aún no son localizadas.

Desde 1991, unas quince personas desaparecieron en la isla Santa Cruz. Uno de ellos es el pintor guayaquileño Mario Montero Lecaro, sin pistas desde hace un mes pese al rastreo de hasta 300 personas por día.

Unos 60 choferes, deportados el 26 de noviembre pasado por permanecer sin papeles en esa isla, son los únicos que podrían aportar con algún dato para localizarlo, dijo su hermano, Pedro.
“Nadie da pistas. Pensamos que uno de ellos lo transportó hacia algún lugar. Eso facilitará el rastreo”, dijo.

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A un mes de su desaparición, que se cumple hoy, el único rastro que existe del pintor guayaquileño Mario Montero Lecaro, en la isla Santa Cruz, es una serie de volantes pegadas en las paredes, postes y vehículos. En estas se exhibe una fotografía y se anuncia una recompensa de $ 10.000 a quien aporte datos para localizarlo.

Lecaro estuvo, a las 17h00 del viernes 26 de noviembre, en el bar Caprichos, en la avenida Charles Darwin, de Puerto Ayora. Conversó animadamente con la dependiente, Lucía, y se retiró con una sonrisa. Esa tarde o al siguiente día tomó una cámara fotográfica y materiales para pintar y se dirigió a algún lugar, desconocido hasta el momento.

En el cuarto donde se hospedó desde su llegada, cuatro días antes, ubicado en la vivienda de la familia Rivera Caimaguaña, del sector Bellavista, dejó su computador personal encendido, pasaporte, otros papeles y dinero.

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Los operativos de búsqueda por aire, mar y tierra y en los que hasta la semana pasada intervenían hasta 300 personas por día, no permiten hallar ninguna huella de Montero en la agreste geografía de la isla, la más poblada del archipiélago, con 15.000 habitantes.

Esta desaparición se suma a otras aproximadamente catorce registradas en la Santa Cruz, desde 1991. En el año que fenece, son dos personas las extraviadas: Mario Montero y el ciudadano holandés Friedrich Postma, perdido hace dos meses y medio y de quien hasta ahora solo se encontró el sombrero.

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El israelita Guy Nachmany, el norteamericano David Hogan, un sacerdote noruego, un ciudadano suizo y otros nueve extranjeros y nacionales se perdieron en aquella isla.
Algunos fueron localizados agonizantes días o semanas después; de otros se hallaron solo los restos, meses o años más tarde.

“La isla, por ser montañosa, llena de grietas y túneles de lava, es propicia para perderse. Los turistas entran solos y por ver copular a las tortugas, seguir un ave o por simple aventura, se adentran en su geografía, se desorientan y no pueden salir”, afirma Luis Gallardo, conocido como Fleeper y quien reside 28 años en Galápagos. Él es uno de los jefes de búsqueda que apoya a la familia Montero Lecaro.

Philippe Degel, oriundo de Bélgica que reside 35 años en Santa Cruz y participa en los rastreos, refiere que la causa para las desapariciones es la geografía difícil. “El bosque es un ser vivo y uno se desorienta fácilmente”, dice. Él alista un manual para evitar pérdidas y mejorar los rescates.

Al recorrer las zonas por donde se presume pudo haber desaparecido Mario Montero, se palpa esa realidad. Incluso los guías y cazadores locales toman precauciones. En punta Estrada, al oeste de Puerto Ayora, por todo lado uno se encuentra con profundas grietas formadas por la lava solidificada. Algunas están escondidas bajo los arbustos o entre los cactus. Así es en su mayor parte el área cercana al mar que los lugareños llaman sector costa.

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El sector que denominan sierra está en la parte alta, como El Chato, los Gemelos, cerro Croquer, túneles de lava y otros. En El Chato hay galápagos gigantes y es un bosque tupido lleno de espinas donde se registró la mayor parte de percances. Aquí, para ayudar a Mario Montero se colocó más de dos kilómetros de piolas, como línea de salvación que va hasta el mar. Cada 50 metros pende una funda plástica que contiene un mensaje para el extraviado.

Degel y Gallardo explica que el rastreo para localizar a Montero es el más grande que se ha hecho en la isla.
Comenzó el 29 de noviembre, por denuncia de la austriaca Lisa Anastasia Krcma, quien estuvo con él hasta el jueves 25, cuando se embarcó en un crucero. Al regresar, el lunes 29, no lo encontró y dio aviso a las autoridades.

Un helicóptero de la Armada sobrevoló ocho horas diarias durante tres días. Embarcaciones de la misma entidad efectuaron seis operativos por mar. Los primeros días participaron miembros de la Armada y Policía. Luego, la familia Montero Lecaro se encargó de la logística y ofreció una recompensa de $ 10.000 a quien aporte con información.

Pedro Montero, hermano del desaparecido, dice que hasta la semana pasada, cada día se desplazaban unas 300 personas, la mitad de ellas contratadas a un costo de hasta $ 40 por día cada una. Los gastos diarios, incluido movilización, alimentación y refrigerios, fluctúa entre $ 1.000 y $ 1.500, lo que en suma asciende a unos $ 40.000 en gastos, hasta la fecha.

Montero reconoce la solidaridad de los pobladores locales y de amigos de la familia y de su hermano, de Guayaquil, donde incluso se hizo un concierto y se organizan otros actos para obtener recursos.

No obstante el esfuerzo, hasta ahora no hay ningún resultado. “Hemos hecho caso a todas las suposiciones, hasta hemos acudido donde parasicólogos, y nada. Lo peor es el sentimiento de impotencia”, indica Pedro Montero.

La familia gestionó ante la Policía la presencia de un grupo de canes con sus respectivos guías del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Está en espera su arribo. El mayor Pablo Aguirre, jefe de la Policía Rural de Galápagos, dice que su entidad investigó el caso, sin resultados. Hay una indagación previa en la Fiscalía, sin conclusiones.

El capitán Fredy Endara, jefe de la Capitanía de puerto de Puerto Ayora y de la Defensa Civil, menciona que todas las instituciones apoyaron. Descartó la teoría de que el pintor haya salido en algún barco extranjero. En esos días estaban las naves Sea Ángel y Rebeletion, pero no se han ido.

“No sabemos dónde buscar”. Esta frase de Endara la repiten otras autoridades, guías locales y familiares del pintor desaparecido.