Un grupo todavía no identificado ametralló el jueves en la noche a un autobús del transporte urbano de la ciudad de Chamelecón, 220 kilómetros al norte de la capital, mató a 26 personas y dejó a 35 heridos, según las autoridades.
 
Inicialmente el presidente hondureño, Ricardo Maduro, habló de 22 muertos, al convocar a una cadena de radio y televisión para informarle al pueblo hondureño sobre la masacre y las medidas que ha tomado para dar con los responsables.
 
"Me dirijo a ustedes para informales sobre un hecho de barbarie y cobardía  como pocos hemos conocido en la historia de Honduras; esta noche en la ciudad  de Chamelecón, en la costa norte, se ametralló a un bus del transporte urbano  con el saldo hasta ahora de 22 muertos", dijo Maduro.
 
El mandatario compareció en la cadena junto a los ministros de Seguridad,  Oscar Alvarez, y de Defensa, Federico Brevé, y ofreció una recompensa de un  millón de lempiras (alrededor de 53.000 dólares) para las personas que den  información tendiente a lograr la captura de los responsables.
 
Las autoridades informaron luego que la cifra de muertos había subido a 26,  16 de ellos en el acto y 10 más en el Hospital Catarino Rivas de la ciudad de  San Pedro Sula. Aparentemente el ataque se llevó a cabo con fusiles AK-47, de  fabricación soviética.
 
Maduro viajó esta noche a Chamelecón para dirigir personalmente los  operativos policiales, pero previamente solicitó a la Corte Suprema de Justicia  y a la Fiscalía General que pongan a disposición las 24 horas a los jueces y  fiscales necesarios para acusar a los criminales responsables de la masacre.
 
En el bus los autores dejaron una pancarta preguntándole al presidente  Maduro: "¿Dónde está la seguridad?", y amenazando de muerte a él y a las demás  autoridades que ejecutan la estrategia del Gobierno de lucha contra la  delincuencia y el crimen organizado.
 
"Este ha sido un ataque no contra unas personas, ni contra un partido, ni  contra nadie en particular como lo anuncia una pancarta dejada cobardemente en  el lugar de los hechos, sino que lo interpreto como un ataque contra todos los  hondureños", expresó Maduro.
 
"Castigaremos a los responsables con todo el peso de la ley, no  descansaremos, no permitiremos que aquellos que creen que pueden retroceder lo  que hemos ganado con tanto sacrificio en seguridad, vayan a tener éxito",  agregó.
 
La masacre de Chamelecón se llevó a cabo dos días después que el presidente  Maduro denunciara que ha sido amenazado a muerte por bandas del crimen  organizado vinculadas al narcotráfico.
 
El mandatario anunció que en las principales ciudades del país se llevarán  a cabo operativos conjuntos de las Fuerzas Armadas y la Policía para fortalecer  la seguridad de los hondureños.
 
Versiones radiales aseguraron que el ataque fue reivindicado por el  Movimiento Popular de Liberación (MPL) Cinchonero, una de las incipientes  agrupaciones guerrilleras que operaron en Honduras durante la guerra fría en  los años 80.
 
Pero esta versión no había sido confirmada por las autoridades, pues  también sospechan que detrás de este hecho se encuentren presuntos miembros de  las pandillas juveniles Mara Salvatrucha (MS) y Mara 18 (M-18).