La península de Santa Elena en días anteriores recibió un mayor número de policías, no obstante ese apoyo, los esfuerzos resultan insuficientes para enfrentar a la delincuencia, la que se acentúa más a partir de este mes hasta que termina la época invernal, en que el turista acude masivamente a visitar sus importantes balnearios.
El hampa mantiene en zozobra a sus habitantes, los piratas en el mar se apoderan de las embarcaciones de los pescadores, las personas, viviendas y lugares de trabajo también son el blanco de los desalmados, para robar, secuestrar, violar o matar.
En razón de que el Estado no erradica el desempleo y la pobreza, causas principales de la delincuencia, y que la región no cuenta con el Plan Más Seguridad, que acertadamente funciona en la ciudad de Guayaquil, propongo a semejanza de ese proyecto, el Plan Más Solidaridad para la Península, que autorizado por el Gobierno sea liderado por el personal de los repartos militares acantonados en La Libertad y Salinas, apoyados por las instituciones públicas, privadas y ciudadanía en general.
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La ayuda consistiría en que la Espol (Escuela Politécnica del Litoral) u otras entidades donen los vehículos para el patrullaje, Petropenínsula provea el combustible, la empresa eléctrica mantenga iluminadas las calles, las emisoras locales recepten e informen de las irregularidades, los educadores orienten a los alumnos en seguridad social, las personas aseguren bien sus viviendas y denuncien los actos o centros de corrupción, y que las autoridades sancionen con el rigor de la ley a los delincuentes.
También es valioso el aporte de la Policía Municipal o privada y de los agentes de la Comisión de Tránsito. El Congreso debe legislar para que los militares en tiempo de paz ayuden a la Policía Nacional en el control de los actos delincuenciales y garanticen la seguridad de la ciudadanía.
Econ. Héctor Villón Mateo
Guayaquil