Una prestigiosa neurocirujana cubana, a quien el presidente Fidel Castro impidió que saliera de la isla para visitar a su familia en Argentina se refugió en la embajada argentina en La Habana, indicaron este jueves medios argentinos.
 
Las relaciones entre ambos países se tensaron debido al fracaso del pedido que le hizo el presidente argentino Néstor Kirchner a su par cubano, Fidel Castro, para que permitiera a la médica Hilda Molina viajar a conocer a sus nietos.
 
La nuera y los nietos de Molina son argentinos y su hijo cubano obtuvo la nacionalidad argentina luego de salir de la isla en 1994, según informó el diario local La Nación.
 
Molina, que se habría refugiado el miércoles, solicitará asilo político al gobierno argentino en las próximas horas, de acuerdo con los datos del periódico.
 
Ni el gobierno argentino ni la embajada en La Habana confirmaron la información.
 
El encargado de prensa y del área cultural de la embajada argentina en La Habana, Eduardo Porretti, dijo a Reuters que "no podía hablar sobre el tema".
 
En Buenos Aires, los portavoces de la Cancillería dijeron no tener información del caso.
 
La neurocirujana de 62 años -que era militante del Partido Comunista y fue parlamentaria en su país- rompió relaciones con el gobierno de Castro porque se negó a que el centro médico que dirigía se convirtiera en un hospital sólo para extranjeros, según comentó en una entrevista previa con Reuters.
 
Desde Argentina, sus familiares dijeron el jueves que desconocen la situación de Molina porque no se han podido comunicar con ella.
 
"Nosotros no tenemos ninguna confirmación oficial, a nosotros mi suegra no nos llamó ni dijo nada", dijo Verónica de Quiñones, nuera de la neurocirujana, a un canal local.
 
"Me enteré todo por los medios. No puedo afirmar si es así o no porque no tenemos ningún tipo de información", agregó.
 
En cuanto a las intenciones del viaje, Quiñones dejó en claro que "la idea no es que ellas (Molina y su madre) vengan a vivir definitivamente a la Argentina, sino que puedan ir y venir como cualquier ciudadano del mundo".
 
"Ella (la madre de Molina de 86 años) tiene sus raíces echadas en su país y yo creo que ella quisiera terminar sus últimos días en Cuba", concluyó.