El anuncio del secuestro y posible asesinato en Irak de un italiano afincado en el Reino Unido, identificado como Salvatore Santoro, se convirtió este miércoles en un misterio por la sucesión de datos contradictorios a partir de la inusual difusión de la noticia.
 
El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Gianfranco Fini, que se puso de inmediato al frente de la Unidad de Crisis de su departamento, dijo que hay "muchos puntos oscuros" en este caso "que obligan a mirarlo todo con mucha cautela".
 
Sin que hubiera ninguna reivindicación, la única fuente es un fotógrafo local, al que un grupo terrorista iraquí mostró en Ramadi el cadáver de un hombre vendado junto a un pasaporte a nombre de Salvatore Santoro, nacido en Nápoles el 10 de enero de 1952.
 
Ese fotógrafo, que no sacó ninguna instantánea, dio cuenta del hecho al corresponsal de la agencia norteamericana Associated Press (AP) en Bagdad que, a su vez, se puso en contacto con el embajador alemán en Irak, que se lo hizo saber a su colega italiano.
 
Fini subrayó que a su delegación diplomática en la capital iraquí no le consta la presencia de Santoro en ese territorio, como tampoco le consta a la "Charity for England and Wales", entidad que agrupa a las ONG británicas, para una de las cuales se informó inicialmente que trabajaba.
 
Como colaborador de esta organización se presentó él mismo, entre el 6 y el 8 de diciembre pasados, en la embajada italiana en Aman, donde expresó su intención de entrar en Irak.
 
La Unidad de Crisis del Gobierno italiano ha podido determinar que Salvatore Santoro había renovado su pasaporte en esa embajada de la capital jordana este mismo año, al parecer porque se lo habían robado.
 
El ministro Fini señaló que Salvatore Santoro había sido condenado en tres ocasiones, por falsificación de documentos y estafa, por haber vulnerado la custodia cautelar y por robo, y que durante seis años estuvo detenido en el Reino Unido.
 
También informó de que la Unidad de Crisis había podido contactar con una prima y con una hermana, que no habían podido aportar ninguna pista, ya que no sabían nada de él desde hace tiempo, y que únicamente dijeron que estaba soltero y que viajaba mucho.
 
Su prima precisó que la última vez que tuvo noticias de él se encontraba en España.
 
El alcalde de Pomigliano d`Arco, en la provincia de Nápoles, de donde es originaria su familia, dijo que Salvatore Santoro partió hacia el Reino Unido en 1961 con su padre Vincenzo y su madre Carolina Maione, que al parecer volvió a Italia tras la muerte de su marido y aún vive.
 
El anuncio del secuestro y posible asesinato de Santoro ha vuelto a traer a la memoria los casos de los italianos capturados y en algunos casos ejecutados a sangre fría desde la caída del régimen de Sadam Husein.