La tradicional premiación anual que incentiva a los agricultores que participan en los programas de desarrollo del maíz y arroz de la agroindustria más grande del país, Pronaca, cambió de escenarios y de actores al no recaer en el 2004 como antes en pequeños maiceros de El Empalme, Balazar o Palenque, sino en agroempresarios de Montalvo, Quevedo, Babahoyo y Daule.

El pasado jueves, en su moderna fábrica de balanceados  donde se procesan al año de manera sistematizada alrededor de  240 mil toneladas de alimento para aves, 39.000 toneladas para perros y 19.000 toneladas para peces, los directivos de la empresa nacional revelaron que seguirán invirtiendo en la actividad avícola, porcícola, acuícola, nutrición y salud animal, conservas, productos preparados, embutidos, semillas y otros.

Para la próxima campaña de siembras, Pronaca apoyará el financiamiento de cultivo tecnificado de unas 7.600 ha de arroz y 21.000 ha de maíz, con un fideicomiso que espera alcance los 5 millones de dólares en el 2005 y en el cual participará la Corporación Andina de Fomento con un monto de hasta un millón de dólares.

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El hecho de incluir en la producción contratada a nuevas áreas y agricultores grandes, según Luis Bakker Villacrés, director de Agroindustria, no parte de ningún plan para excluir al productor pequeño sino del afán de que consiga con el apoyo de la empresa, calidad e ideal rendimiento y  a que agroempresarios ahora estén viendo en el maíz y el arroz  una rentabilidad mayor a la que están logrando.

“Reafirmamos la eficiencia y a todo el que quiera estar en la línea de la competitividad le daremos la mano”, concluyó Bakker.