Abogados y representantes de Chevron Texaco, petrolera que enfrenta un juicio por daños ambientales en la Amazonia, cuestionaron ayer el informe técnico presentado por la parte acusadora en el que se revela la existencia de tóxicos en el pozo 53 del campo Sacha, ubicado en Orellana.

El documento, presentado la semana pasada por los abogados de las comunidades indígenas de Orellana y Sucumbíos, lo analizó la bióloga María Remmert, experta en remediación petrolera.

Al igual que Ricardo Reis Veiga, consejero general de la petrolera, Remmert aseguró que el informe de los demandantes tiene contradicciones.

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La parte acusadora informó que el nivel de contaminación existente en el pozo Sacha 53, como consecuencia de la operación petrolera de Texaco, sobrepasa entre dos y mil veces la tolerancia de la norma ambiental.

Los tóxicos que se habrían encontrado en muestras de agua y suelo son: benceno, cromo, bario e hidrocarburos poliaromáticos, que  pueden causar riesgos ambientales y a la salud humana.

Remmert cuestionó la precisión del informe e indicó que no existe ninguno de estos elementos.

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Los acusados alegan que los exámenes practicados en las muestras no se realizaron adecuadamente y que aun en el caso de los niveles del cromo, no se excede ningún estándar de regulación.

Reis Veiga respondió también a la acusación de los demandantes en el sentido de que Texaco habría ocultado información sobre la existencia de niveles de contaminación aun después de la remediación realizada por la compañía, entre 1996 y 1997.

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Agregó  que esos documentos son de Petroproducción.