Los ecos de los conflictos de Irak y Afganistán resonaron este martes en la conmemoración del 63 aniversario del ataque japonés contra la base naval de Pearl Harbor (Hawai), que significó la entrada de EE.UU. en la II Guerra Mundial.
El jefe de la base de Pearl Harbor, capitán de navío Ron Cox, dijo que los hombres como Thomas Molay, un marino que participó en la batalla, "estuvieron presentes y dieron un paso adelante cuando llegó les llamó el deber".
Cox añadió que en lugares como Irak y Afganistán "una nueva generación (de militares estadounidenses) ha dado un paso adelante".
A las 7:55 hora local (hora en que comenzó el ataque) se realizó una celebración en el monumento al acorazado "Arizona", a la asistieron unos mil supervivientes de la batalla, familiares e invitados.
En el ataque murieron 2.390 estadounidenses, la mayoría de ellos marinos que quedaron atrapados dentro de dos acorazados hundidos, el "Arizona" y el "Oklahoma".
"La historia de este día debe ser repetida, no sólo para recordar la amenaza y la destrucción, sino que es importante recordar la resistencia y el espíritu indómito del pueblo estadounidense", dijo el senador Daniel Inouye (Hawai).
Inouye, de origen japonés y quien perdió un brazo en la II Guerra Mundial a los 17 años, señaló que, en el día de hoy EE.UU. afronta "las voces inquietantes del odio y las acciones sin escrúpulos del terrorismo, que buscan amedrentarnos".