Lejos de haber disminuido, la violencia en Iraq dejó ayer varios heridos, entre ellos dos soldados norteamericanos cuyo convoy fue atacado con un coche bomba en la ruta al aeropuerto de Bagdad. En cambio, 17 rebeldes murieron en combate al sur de la capital, según una información iraquí desmentida por los estadounidenses.
En los últimos tres días cinco militares estadounidenses murieron en enfrentamientos en la provincia de Al-Anbar.