Según cálculos oficiales, en el mundo hay diseminados 110 millones de estos aparatos.

El presidente keniano, Mwai Kibaki, pidió ayer que todos los países no signatarios del acuerdo de Ottawa (Canadá) sobre minas antipersonales lo acepten y destruyan sus reservas.

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Según cifras oficiales, Colombia es el cuarto país más minado del mundo (con unos 100.000 artefactos), detrás de Camboya, Afganistán y Angola, y el único de América Latina donde los grupos  armados las utilizan.

Tras cinco años de vigencia del tratado, se hace un  balance del uso de  las minas, que matan a una  persona cada 22 minutos en el mundo.

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Una “Cumbre para un mundo sin minas”, destinada a revisar el tratado internacional de Ottawa que prohíbe las minas antipersonales, vigente desde hace cinco años, comenzó ayer en Nairobi.

La cumbre, a la que asisten mil delegados, fue inaugurada por el  presidente de Kenia, Mwai Kibaki, pero las sesiones  formales de trabajo finalizarán el viernes 3 de  diciembre.

Según cálculos oficiales, en el mundo están diseminadas  110 millones de minas antipersonales, especialmente en Afganistán, Camboya y Bosnia y cada 22 minutos matan o mutilan a una persona.

En total, 143 países han ratificado el tratado sobre las minas antipersonales, firmado en Ottawa (Canadá) en 1997, que prohíbe el uso, producción, almacenamiento y traslados de estos mortíferos artefactos y que solicita el desminado de las zonas afectadas en un plazo de diez años.

Cuarenta y dos países siguen fuera del tratado de Ottawa, entre ellos Estados Unidos, China y Rusia. Y al menos cuatro gobiernos han utilizado minas antipersonales desde mayo de 2003: Georgia, Birmania, Nepal y Rusia, según el  Observatorio de las Minas.

“Como ciudadano de EE.UU. me siento avergonzado y furioso de que mi país no haya ratificado el tratado”, declaró el actor estadounidense Danny Glober, quien lleva a cabo su primera gira como embajador del Fondo de las  Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Millones enterradas

Entre 1999 y 2003 más de cuatro millones de estos artefactos fueron destruidos en el mundo, según el informe del Observatorio de Minas Antipersonales, pero aún quedan millones enterradas.

Hace una década, las minas mataban cada mes a unas 2.000 personas, según el informe del Comité Internacional de la Cruz Roja. Hoy, esa cifra se ha reducido dos terceras partes en países como Camboya, Bosnia o Croacia, aunque siguen causando 15.000 víctimas al año en todo el mundo.

Colombia es el cuarto país más minado del mundo detrás de Camboya, Afganistán y Angola, y el único de América Latina donde los grupos armados las siguen utilizando.

Según cifras oficiales, en Colombia hay entre 70.000 y 100.000 minas, la mayoría colocadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los paramilitares.

DISPOSICIONES
El compromiso de los países de no utilizar jamás las minas antipersonales  y vigilar que nadie lo haga en su territorio. 

Destrucción de todas las minas en los cuatro años posteriores a la  ratificación del tratado en cada país. 

Destrucción en 10 años de todos los campos minados. Ese plazo puede  ampliarse a otros 10 años en países especialmente afectados. 

Remitir a la ONU un informe anual sobre las medidas tomadas en cada país  para ajustarse al tratado. 

Eventual ayuda de los países ricos a los países pobres para que puedan  destruir las minas y asistir a las víctimas. 
 
La convención solo es para  las minas antipersonales, o sea las  “concebidas para explotar ante la presencia, proximidad o contacto” de una persona.