Al menos 39 personas resultaron heridas durante un tiroteo en una fiesta en la favela Chatuba, en el norte de Río de Janeiro, informó este domingo el canal de televisión "Globonews", que cita fuentes médicas.
Las víctimas participaban anoche de un baile "funk" cuando varios hombres armados con pistolas y granadas irrumpieron en el establecimiento público y ordenaron a los organizadores suspender la fiesta.
Testigos dijeron a la emisora de radio Central Brasileña de Noticias (CBN) que los pistoleros abrieron fuego contra la multitud y huyeron.
Los heridos fueron internados en el hospital Getulio Vargas con heridas de bala y esquirlas producidas por la detonación de granadas.
Al menos siete personas se encuentran en estado crítico, dijo la comisaria Lúcia Batista a la emisora CBN.
La policía informó de que los mismos atacantes, que se movilizaban en unos diez automóviles, se habían enfrentado a tiros horas antes con una patrulla que hacía ronda en la favela "Complexo da Vila Cruzeiro".
Durante el enfrentamiento el presunto "capo" de las drogas en la favela, identificado como André Moral, resultó herido y murió poco después en el hospital al que fue trasladado por policías.
Por lo menos nueve personas han muerto desde el miércoles pasado en favelas de la ciudad de Río de Janeiro en continuos enfrentamientos de la policía con criminales, a los que se les atribuye el control de la venta de drogas.
El sábado, durante la mañana, tres presuntos traficantes murieron al atacar un puesto de observación de la Policía Militar en el "Morro do Telégrafo", en el barrio de Mangueira, y tres policías resultaron heridos.
El viernes pasado, cuatro personas murieron en el "Morro dos Macacos", en el norte de la ciudad, y una más en el "Morro do Vidigal", en el sur, en simultáneos enfrentamientos con agentes de las policías Civil y Militar.
Otro presunto sicario, un adolescente de 16 años, fue abatido el jueves pasado al intentar huir de un cerco establecido por unos de 200 policías en las vecinas favelas de "Rocinha" y "Morro do Vidigal", en donde facciones rivales se disputan a tiros hace ocho meses el control de puestos de venta de alcaloides.
Durante los ataques registrados entre el miércoles y el viernes las autoridades debieron cerrar temporalmente el tránsito de vehículos en tres de las más importantes avenidas de Río de Janeiro para impedir que los conductores fueran víctimas de balas perdidas.
Escuelas, colegios, hospitales y establecimientos comerciales debieron cerrar sus puertas en la zona ante el pánico generalizado.