El mandato de Yasser Arafat al frente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) describe una trayectoria caracterizada por la manera personalista y autoritaria de ejercer el poder, no exenta de luces y sombras.
 
La firma, el 13 de septiembre de 1993 en la Casa Blanca de los acuerdos de paz negociados en Oslo con Israel supone el primer paso para el establecimiento de un ente autónomo palestino, embrión de un futuro Estado independiente, que estaría dirigido por Arafat, ya entonces un mito consolidado de la lucha del pueblo palestino.
 
A esa firma, asistieron, además de Arafat, el primer ministro de Israel, Isaac Rabin; el titular israelí de Exteriores, Simón Peres, y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en su papel de anfitrión.
 
Los acuerdos establecían que el proceso autonómico se llevaría a cabo de forma escalonada y, así, el 4 de mayo de 1994 Arafat y Rabin firman en El Cairo el acuerdo de autonomía para Gaza y la ciudad cisjordana de Jericó. Era la primera vez los palestinos alcanzaban de forma tangible una realidad política propia tras años de luchas y exilio.
 
El 24 de octubre de 1995, Arafat y Rabin ratifican en Washington el llamado Acuerdo de Oslo II, por el que se concede la autonomía a las ciudades cisjordanas de Jenín, Belén, Ramala, Naplusa, Tulkarem, Kalkilia y Hebrón.
 
El 20 de enero de 1996 se celebran las primeras elecciones palestinas, en las que Al Fatah y Arafat vencen de manera contundente.
 
Hasta el año 2000, Arafat vivirá un cuatrienio de relativos éxitos, como los acuerdos de Wye Plantation (octubre de 1998), sobre la retirada israelí de un 13,1 por ciento de Cisjordania.-
 
En septiembre de 1999, Arafat suscribe con Israel la retirada de otro 7 por ciento de Cisjordania, con lo que la ANP ya controlaba el 34 por ciento del territorio cisjordano.
 
En julio de 2000, por iniciativa de Bill Clinton, se reúnen en Camp David Arafat y el entonces primer ministro de Israel, Ehud Barak, para dar el empujón definitivo al proceso de devolución de los territorios de Cisjordania a los palestinos.
 
Cuando parecía que el acuerdo estaba casi cerrado y, según diversos analistas y expertos en Oriente Medio, Israel iba a otorgar a los palestinos el 94 por ciento de Cisjordania (para otros teóricos ese 94 por ciento lo era contando lo ya devuelto, de manera que totalizaba sólo en torno a un 89 por ciento), Arafat se niega a firmarlo.
 
Se ha dicho que Arafat pensó que si, con la firma de los acuerdos de Camp David de 1979, Egipto consiguió que Israel le devolviera el Sinaí (ya en 1982) y que si Siria se negaba a cualquier negociación de paz si no obtenía un compromiso serio por parte del Estado judío sobre los Altos del Golán, él tenía que presentarse ante su gente con algo como poco semejante en la forma.
 
El proceso estaba herido de muerte y a ello contribuyó de forma certera el estallido de la segunda Intifada (o Intifada de Al Aqsa), que hasta la fecha se ha cobrado unos 4.000 muertos y cuyo detonante fue la visita que el 28 de septiembre de 2000 hizo a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén el entonces líder de la oposición de derecha de Israel, Ariel Sharon.
 
El último acto del proceso de paz heredero de Oslo tiene lugar en la localidad egipcia de Taba en enero de 2001. Allí, las delegaciones palestina e israelí escenifican una negociación dramática y estéril de ofertas y contraofertas.
 
El 6 de febrero de 2001 se celebran elecciones a Primer Ministro de Israel en las que vence Sharon, cuyo programa basado en el lema "paz y seguridad", convence a un electorado descontento con el fracaso de las negociaciones de paz que había promovido Barak.
 
El año 2001 va a ser uno de los más sangrientos en la moderna historia de Oriente Medio. Las facciones extremistas palestinas cometen numerosos atentados suicidas que se ceban en especial con la población civil israelí. A ello hay que añadir la psicosis de los terribles atentados del 11-S en Nueva York y Washington.
 
El 24 de diciembre de 2001, el Gobierno de Israel confina a Arafat en la sede de la "Mukata", el complejo de oficinas de la ANP en la ciudad cisjordana de Ramala, en donde ha permanecido hasta su salida forzosa a París para ser hospitalizado, el pasado 29 de octubre, y en donde ha fallecido.
 
El 9 de marzo de 2003, y en buena medida por las presiones de Estados Unidos, Arafat delega por primera vez parte de su poder en la persona de un primer ministro, en este caso Abu Mazen, quien esta mañana asumió la presidencia de la OLP tras el fallecimiento de su líder histórico.
 
Abu Mazen, un histórico de la "vieja guardia" de Al Fatah, dimitió a los cuatro meses por los continuos enfrentamientos que mantuvo con Arafat y fue sustituido por Ahmed Qurea (Abu Alá).