Desde su casamiento con el líder palestino Yasser Arafat hace más de una década, Suha Arafat se ha caracterizado por su estilo directo y poco diplomático.
En el 2002, después de que su esposo condenara “todos los actos terroristas contra civiles”, señaló que si tuviera un hijo varón “no habría mayor honor que sacrificarlo por la causa palestina”.
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En 1999, durante un encuentro con la entonces primera dama de EE.UU. Hillary Clinton, acusó a Israel de envenenar el aire y el agua y causar cáncer a los palestinos.
Su interlocutora respondió acusándola a su vez de hacer afirmaciones que podrían perjudicar el proceso de paz en el Medio Oriente.
Suha Arafat creció en la fe católica en Ramala y Naplusa y estudió en la universidad de la Sorbona en París. Es hija de un banquero y de la periodista palestina Reemonda Tawil.
Se convirtió al Islam y se casó con Arafat en 1990, cuando ella tenía menos de 30 años y él más de 60. En 1995 nació la hija de ambos, Zawha.
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De acuerdo con algunas versiones, han conducido vidas prácticamente separadas desde el regreso de Arafat a los territorios ocupados.
Según informes, su apartamento en París tiene imágenes de Jesucristo y del Papa Juan Pablo II, junto a otra del líder palestino en su juventud con un arma.
Autoridades francesas investigan presuntas transferencias de millones de dólares desde bancos en el exterior hacia la cuenta de Suha Arafat en París, lo que aumentó las acusaciones de corrupción en el seno de la Autoridad Nacional Palestina.
Los dirigentes de la Organización de Liberación de Palestina (OLP), la consideran “más francesa que palestina” y analistas señalan que es poco probable que su influencia sobreviva a su marido.