El atentado con bomba contra dos autobuses de la policía antidisturbios griega, perpetrado este viernes en Atenas, ha reavivado el temor de un resurgimiento del terrorismo local de extrema izquierda.
 
Aunque no ha habido víctimas, la elección del blanco del ataque de este  viernes hace pensar en los atentados perpetrados en los años 80 y 90 por los  grupos Lucha Revolucionaria Popular (ELA) y 17 Noviembre (17-N) contra  vehículos policiales y, en particular, contra las fuerzas antidisturbios, que  causaron varios muertos.
 
El atentado contra estos dos autobuses, que transportaban unos 35 policías,  es simbólico, pues se dirigían a la cárcel de alta seguridad de Korydallos,  donde se encuentran encarcelados 18 terroristas de estos grupos, ambos surgidos  en 1975.
 
El gobierno no "permitirá que nadie atente contra el sentimiento de  seguridad de los ciudadanos" y no "tolerará provocaciones contra la  democracia", aseguró el portavoz Theodore Russopulos.
 
La bomba, de una potencia "relativamente baja", fue activada a distancia  por un desconocido desde un parque vecino con la ayuda de un cable de unos 30  metros unido al artefacto, indicó a la AFP un responsable de la policía que  pidió el anonimato. Este método había sido utilizado en el pasado por el 17-N,  según la radio privada Flash.
 
Este atentado fue perpetrado a las 07h04 (04h04 GMT) y no hubo llamadas  telefónicas previniendo de la colocación de la bomba, aseguró el responsable  policial Vassilios Tsiaturas a la televisión.
 
Después del desmantelamiento del 17-N en 2002 y las detenciones de cuatro  miembros del ELA efectuadas a principios del 2003, la relativa calma que  reinaba se acabó con la irrupción, en septiembre de ese mismo año, de la  organización Lucha Revolucionaria que perpetró varios atentados, aunque sin   víctimas ni daños de gran magnitud.
 
El atentado más importante fue el perpetrado el pasado 5 de mayo contra una  comisaría en Atenas, cien días antes de la apertura de los Juegos Olímpicos.
 
También en mayo, otra organización desconocida hasta entonces, Acción  Popular Revolucionaria, reivindicó un intento de atentado contra un  concesionario de coches en las afueras de Atenas.
 
Entonces, responsables policiales minimizaron la capacidad operacional de  estos nuevos grupos y descartaron la hipótesis de una reconstitución de grupos  terroristas verdaderamente peligrosos.
 
En cambio, el atentado del viernes es "bastante preocupante", estimó un  experto de seguridad que pidió el anonimato. "La cuestión es saber si se trata  de la expresión de un mal humor o si existe una reestructuración de la nebulosa  terrorista de extrema izquierda", agregó en declaraciones a la AFP.