Yuta Minagawa, un niño de dos años de edad, fue rescatado ayer con vida en una dramática operación de salvamento tras haber sido encontrado vivo con su madre y su hermana dentro de un automóvil enterrado bajo las piedras y el lodo, cuatro días después del terremoto que devastó el centro de Japón el pasado fin de semana, que dejó 31 muertos y más de 2.500 heridos.