Mi madre, María Eugenia Rumbea, de 86 años de edad, luego de haber sido despojada de una pensión del IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social) que venía recibiendo por más de 20 años, al argumentar funcionarios de la institución que una persona no puede recibir dos pensiones, interpuso un recurso en la Defensoría del Pueblo, la cual emprendió la acción respectiva con el Seguro Social.

A partir de ahí ha sufrido lo que parece ser una retaliación al  suspendérsele la  pensión que recibía aduciéndole a ella –quien se presentó personalmente en la ventanilla del IESS, a pesar de sus impedimentos de edad y físicos– que con base en un listado de la Superintendencia de Bancos, se la presume muerta.

Este tipo de acción denigra más a quien la hace que a quien la recibe.

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Dr. Antonio Santos Rumbea
Guayaquil