Más de mil soldados estadounidenses e iraquíes rodeaban este viernes por la noche la ciudad de Faluya, tras emprender una gran ofensiva contra ese bastión sunita rebelde, mientras en Bagdad un atentado cometido con un coche bomba en el primer día del Ramadán dejó al menos un muerto.
 
"Las fuerzas iraquíes y multinacionales han establecido controles en torno  a la ciudad con el objetivo de canalizar a los miembros de las fuerzas  anti-iraquíes a través de esos lugares, identificarlos y detenerlos", declaró a  la AFP el teniente Lyle Gilbert, portavoz de los Marines.
 
Los ulemas de Faluya amenazaron con llamar a la desobediencia civil y a la  yihad (guerra santa) en todo Iraq si el ejército estadounidense lleva a cabo  una ofensiva en el interior de la ciudad, según un comunicado leído el viernes  por un jeque en Bagdad.
 
Tras la ruptura de las negociaciones entre el gobierno iraquí y los  notables del bastión sunita, el ejército norteamericano lanzó el jueves una  gran operación terrestre y aérea contra Faluya por primera vez desde abril.
 
"La operación ha comenzado (...) con ataques aéreos y ha continuado con el  apoyo aéreo a los Marines, soldados y fuerzas iraquíes" en tierra, indicó un  comunicado militar, según el cual el ejército empleó "vehículos blindados,  artillería, helicópteros y aviones de combate".
 
Los habitantes de la ciudad, situada a 50 km al oeste de Bagdad, señalaron  que durante la noche hubo intensos bombardeos y el viernes reinó una calma  tensa.
 
Esos bombardeos dejaron tres muertos y siete heridos, mientras los ataques  del jueves causaron cinco muertos y 16 heridos, según fuentes médicas.
 
El objetivo de esta operación es, según el ejército estadounidense, golpear  a "elementos terroristas (...) que pretendían perpetrar durante el mes sagrado  del Ramadán ataques contra las fuerzas del orden iraquíes y civiles  inocentes".
 
Antes de la ofensiva, el ejército efectuó en menos de 24 horas al menos  ocho ataques contra presuntos escondites del islamista Abu Musab al Zarqaui.
 
El primer ministro iraquí, Iyad Allawi, amenazó el miércoles a Faluya con  una ofensiva de gran envergadura si sus habitantes no entregaban a Zarqaui y a  sus hombres, que han reivindicado numerosos atentados sangrientos en Iraq.
 
La delegación de Faluya que participaba en las negociaciones con el  gobierno anunció el jueves la suspensión de esos contactos en protesta por esas  amenazas.
 
El grupo de Zarqaui reivindicó el doble atentado que el jueves se saldó con  cinco muertos y unos veinte heridos en la Zona Verde de Bagdad, un sector  ultraprotegido donde están la embajada de Estados Unidos y el gobierno iraquí.
 
Este viernes, la capital sufrió otro atentado cerca de la sede central de  la policía, en el barrio Dora, que dejó un muerto y 15 heridos, 10 de ellos  policías, según el hospital Yarmuk.
 
El ministerio del Interior afirmó que fue un atentado suicida mientras un  oficial de policía afirmó desde el anonimato que "un hombre al volante de un  vehículo se acercó a una patrulla policial e hizo explotar el vehículo".
 
Este atentado coincidió con el primer día de ayuno del Ramadán para los  sunitas en Iraq. Los chiítas empezarán a ayunar el sábado.
 
En el barrio de Sadr City de Bagdad, cientos de personas seguían entregando  sus armas en el quinto día de la campaña de desarme, que debía finalizar el  viernes pero fue prolongada dos días más.
 
Esa operación tiene lugar gracias al acuerdo alcanzado entre el gobierno y  el jefe radical chiíta Moqtada Sadr, que a cambio obtiene la liberación de sus  prisioneros, exceptuando los acusados de crímenes.