La lava ha comenzado a salir de las entrañas del Monte Santa Elena, en el estado norteamericano de Washington, incrementando el grueso de la corteza del cráter en su cima, informaron este miércoles científicos del gobierno.
 
El Sondeo Geológico de Estados Unidos (SGEU) mantiene el nivel de alerta en su segunda categoría más elevada, que indica "incremento de la actividad", y dijo que todavía existe la probabilidad de una erupción en el Monte Santa Elena, ya que el magma sigue acumulándose debajo de la superficie de lava que se creó tras la erupción volcánica de 1980.
 
Los expertos no creen que se repita la erupción catastrófica que destrozó la cima de la montaña en el suroeste del estado de Washington y ocasionó la muerte de 57 personas y la destrucción de más de 200 hogares.
 
Se espera que la lava siga engrosando la corteza de la superficie, acompañada por pequeños brotes de vapor y cenizas similares a los que ocurrieron hasta 1986, según Tina Neal, geóloga del SGEU.
 
"El volcán sigue activo", dijo Neal.
 
En algunas zonas del Monte Santa Elena se registraron temperaturas de hasta 690 grados centígrados. El fulgor del volcán se podía apreciar en la noche, observó Neal, pero durante el día la montaña se ve de color gris.
 
Hasta el momento la corteza de la cúpula ha aumentado en 76 metros, el tamaño de un edificio de 30 plantas, desde que el Monte Santa Elena despertara de su letargo hace unas tres semanas con pequeños brotes de cenizas y vapores.
 
El Servicio Forestal de Estados Unidos mantiene cerrado el Observatorio Johnston Ridge, el mirador más cercano (ocho kilómetros) al cráter del volcán. Sin embargo, numerosos turistas y periodistas han acudido al Centro Coldwater Ridge, en la ladera norte de la montaña, para presenciar el espectáculo.
 
La erupción de 1980 redujo la cima del volcán de 2.950 metros a 2.550, devastando cientos de kilómetros cuadrados de vegetación en los alrededores.
 
Las cenizas de la erupción se esparcieron por gran parte de Estados Unidos y el ruido de la explosión se pudo oír hasta en regiones de Canadá.
 
La mayor preocupación en caso de una erupción de gran envergadura es el impacto que tendrían las cenizas para la aviación, ya que el Monte Santa Elena se halla a 80 kilómetros de un aeropuerto cerca de Portland, estado de Oregón.