El Gobierno estadounidense acogió como refugiada a la colombiana Kenia Gómez, esposa del desaparecido jefe paramilitar Carlos Castaño, reveló el embajador de Washington en Bogotá, William Wood.
"Hace unos meses, la señora de Castaño pidió refugio en Estados Unidos, aterrorizada por la desaparición de su marido", dijo el embajador norteamericano en Colombia en una entrevista con la edición de la revista "Semana" que el lunes entró en circulación.
Wood agregó que "nosotros, previa consulta con el Gobierno colombiano, se lo concedimos por razones humanitarias".
El diplomático no ofreció detalles de la acogida estadounidense a Kenia Gómez, que salió del país el pasado 18 de abril, junto a una niña de 3 años, hija de su matrimonio con Castaño.
La esposa de Castaño fue trasladada al exterior en una operación humanitaria del Gobierno del presidente Álvaro Uribe, según lo explicó entonces el alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo.
Kenia Gómez viajó al exterior dos días después de que Castaño sufriera un supuesto atentado a manos de paramilitares rivales en una finca del noroeste colombiano.
Desde entonces es un misterio el paradero de quien ejerciera como jefe político de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y portavoz principal en el proceso de diálogo que la organización ultraderechista mantiene desde finales de 2002 con el Ejecutivo.
El embajador estadounidense dijo en la misma entrevista que el de la esposa de Castaño es el único caso de refugio en favor de allegados a los paramilitares.
Asimismo, Wood dijo desconocer qué jefes de las AUC implicados en el diálogo de paz buscan una eventual negociación con Washington.
Los paramilitares "no son actores políticos. Son criminales, narcotraficantes, asesinos, ladrones", dijo el embajador, y observó que el respaldo que su país pueda ofrecer al proceso de Uribe con ellos depende de que "los paramilitares cumplan con sus obligaciones".
El diplomático afirmó que esas obligaciones son las de "poner fin a la violencia, la intimidación y el narcotráfico, y que acepten la justicia, incluyendo el encarcelamiento de los culpables de delitos de lesa humanidad y la extradición para los que hayan quebrantado nuestras leyes".
"Si yo fuera uno de esos tipos enfrentando o la inevitabilidad de la cárcel o lo que le ha pasado a los señores Castaño o Arroyave es bien posible que la cárcel tenga un atractivo", continuó.
Miguel Arroyave era un jefe de las AUC que fue asesinado el pasado 19 de septiembre por sus compañeros.
El embajador estadounidense observó que los jefes paramilitares "tienen razón en desconfiar unos de los otros. No hay honor entre ladrones".