Por lo menos 17 personas murieron este domingo en un atentado suicida cometido con un coche bomba cerca del ministerio del Petróleo en Bagdad, mientras el secretario de defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, llegó a Iraq en visita sorpresa.
 
En el perímetro de seguridad de la zona verde de Bagdad, Rumsfeld se entrevistó con el primer ministro iraquí Iyad Allawi y otros miembros de su gobierno para abordar el tema de la seguridad y las elecciones, según una fuente oficial.
 
Rumsfeld llegó primero al campo militar Assad, cerca de la frontera siria, en una sorpresiva visita, según un periodista de la AFP que viajaba con él.
 
El encuentro con Allawi se llevó a cabo en las oficinas del gobierno donde están las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña.
 
Mientras tanto continuaba la violencia. "Han muerto 17 personas", declaró a el portavoz, Assem Jihad, citando a responsables del departamento de seguridad. “Un automóvil negro coreano explotó cuando la gente se dirigía a trabajar, matando a 17 personas, siete de ellas mujeres”, agregó.
 
La Policía y los testigos habían dicho antes que se trataba de un ataque con cohetes en el que murieron cuatro personas.
 
Un periodista de la AFP vio los cuerpos de una mujer y de dos hombres cuando eran evacuados del lugar del ataque, que provocó un cráter de un metro de profundidad.
 
Restos humanos y objetos personales yacían esparcidos por el suelo.
 
El ministerio del Petróleo, situado cerca del centro de Bagdad, es uno de los edificios más custodiados de la capital y el único protegido por soldados estadounidenses desde que entraron a Bagdad en abril del 2003.
 
El edificio fue atacado el 25 de septiembre y el 5 de octubre con cohetes y mortero, pero sin causar víctimas.
 
Esta inesperada visita de Rumsfeld tiene lugar cuando las fuerzas estadounidenses y el gobierno iraquí están inmersos en una campaña para recuperar la provincia occidental sunita de Al Anbar, foco de la resistencia, antes de las elecciones previstas en enero de 2005.
 
Rumfseld llegó a Bagdad tras haberse reunido con Marines, en la provincia rebelde de Al Anbar, a los que dijo que deben atenerse al recrudecimiento de la violencia a medida que se acercan las elecciones en el país.
 
"Esperamos que el nivel de la violencia y las dificultades aumenten antes de las elecciones iraquíes de enero", indicó a los soldados de la Primera fuerza expedicionaria de los Marines. "Por lo tanto, no creo que vaya a haber una reducción de las fuerzas  estadounidenses y de la coalición entre ahora y febrero", explicó.
 
Finalmente, indicó que Washington espera, sin embargo, una reducción de la carga de  trabajo de las fuerzas estadounidenses a medida que las fuerzas de seguridad iraquíes sean entrenadas y equipadas, "probablemente después de las elecciones".