EE.UU. no ha encontrado armas de destrucción masiva en Iraq ni relación entre Al Qaeda y Saddam.
Los argumentos de George W. Bush para invadir Iraq recibieron en apenas tres días una serie excepcional de duros golpes que ponen en dificultades al presidente estadounidense, en plena campaña para permanecer en la Casa Blanca.
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Pero la administración Bush espera que la situación se calme y repite sin descanso su credo: la guerra contra Iraq estaba justificada, el mundo es hoy más seguro con Saddam Hussein en prisión y que este tenía lazos con Al Qaeda.
Ayer, Bush reiteró que existía un “riesgo real” de que el ex dictador iraquí “diera armas de destrucción masiva” a “redes terroristas” y que invadir Iraq fue “correcto”.
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Bush enfrentó esta semana declaraciones de su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, cuestionando la existencia de lazos entre Saddam Hussein y la red terrorista Al Qaeda, además de acusaciones del ex administrador de Iraq, Paul Bremer, de que la falta de soldados al inicio de la invasión provocó la anarquía en Iraq.
El punto culminante fue el informe de mil páginas, elaborado por 1.400 expertos, que señala la inexistencia de armas de destrucción masiva en Iraq y que fue presentado al Congreso por el jefe de inspectores estadounidenses en Iraq, Charles Duelfer.
El informe confirmó la ausencia de armas bacteriológicas, químicas o nucleares en Iraq antes de la invasión y afirma que Bagdad renunció a sus armas de destrucción masiva desde 1991.
“El documento no es una sorpresa pues confirma investigaciones precedentes, pero aparece en un momento político interesante, a un mes de la elección presidencial”, estimó Charles Ferguson, del instituto independiente Council on Foreign Relations (CFR).
Papel de la ONU
El jefe de la misión de inspecciones de armas de las Naciones Unidas en Iraq, Hans Blix, afirmó en reiteradas ocasiones que “unos meses más de paciencia” hacia las inspecciones permitirían despejar dudas y evitar una guerra.
Esos argumentos fueron ignorados por el gobierno de George W. Bush.
El informe Duelfer es una revancha para la ONU, al reconocer la eficacia de su embargo para lograr el desarme iraquí, pero ese logro fue opacado por acusaciones de la misma comisión, sobre un sistema de corrupción con países como Francia y Rusia para contrarrestar sanciones internacionales.
Reacción árabe
Iyad Al Samarrai, del Partido Islámico Iraquí (sunita) perseguido por Hussein, dijo que “esas armas eran un pretexto de los gobiernos de EE.UU. y Gran Bretaña para invadir Iraq”.
Suha Said, del Consejo Nacional (Parlamento interino) afirmó que Washington debe indemnizar al pueblo iraquí por los perjuicios sufridos, retirar sus tropas y presentar excusas al pueblo iraquí.
Makram Mohamed Ahmed, jefe de redacción de la revista egipcia Al Moussawar, afirmó que el informe “atizará la tensión en Medio Oriente” al confirmar que la invasión de Iraq estaba fundada en datos erróneos, pues “todos los árabes y musulmanes están convencidos de ser el único blanco de Bush y que este busca perseguirlos a toda costa”.