Las semillas de eucalipto de los bosques de la Sierra dan una esperanza a los niños de la calle y a quienes sufren algún tipo de discapacidad.

Con ellas han aprendido a elaborar una serie de artesanías autóctonas y  desarrollar un oficio que les permite obtener sus propios ingresos.

Son 60 jóvenes que desde el 2001 trabajan en el taller de artesanías de la corporación Mushug Pacha (Nueva Tierra) en Quito y desde el lunes exponen lo más variado de sus trabajos en Guayaquil.

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En el Centro Cultural Alemán (Francisco Boloña y Carlos Luis Plaza Dañín), donde se realiza la exposición, se han empleado cuatro mostradores para ofrecer los productos hechos a mano a los visitantes.

El primero muestra velas, de todo color y tamaño, con íconos de ciudades y rincones turísticos plasmados en ellas.  El segundo, una variedad de botellas decorativas, portaservilletas de mimbre con personajes indígenas y costeños hechos en semillas de eucalipto y  policrón y portarretratos.

El tercero ofrece nacimientos de familias indias y negras, en los que San José y la Virgen se visten de anacos, ponchos y blusas de otavaleña o pantalón corto, faldas anchas y pañolones en la cabeza.

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Cada pieza viene con su propia caja elaborada en madera de balsa y  pintada con un dibujo alusivo al producto.

En el cuarto mostrador se ofrecen cofres y estuches en madera y recubiertos con paisajes de la Sierra y Costa. “Los niños pintan lo que ven a su alrededor y también el faro de Guayaquil, aunque nunca lo han visitado”, indica Glenda Manzano, representante comercial de las artesanías, cuyos costos van desde los 7 a 30 dólares.

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Dice que ellos logran imaginárselo con las guías que les dan los directores artísticos de la corporación, que busca dar una opción de vida a estos niños. Su idea es instalar un taller en la ciudad y la muestra, que permanece abierta hasta hoy, de 09h00 a 19h00, busca recaudar fondos para este fin.