Un jefe paramilitar, que intenta escapar en medio de una zona montañosa del noreste de Colombia a la más implacable persecución del ejército en la historia reciente del país, dijo que teme morir y quiere negociar de inmediato la paz con el gobierno, al que exigió garantías.
 
Martín Llanos, jefe de las Autodefensas Campesinas del Casanare (ACC), un ilegal escuadrón de ultraderecha con presencia en una amplia zona petrolera, ganadera y agrícola, se encuentra cercado por más de 1.000 efectivos del ejército que intentan capturarlo, después de que el presidente Álvaro Uribe ordenó el aniquilamiento militar de su organización.
 
"Hay muchas dificultades pero estamos haciendo lo posible por salir adelante. La salida más adecuada es el diálogo", dijo Llanos al responder un cuestionario a Reuters por Internet.
 
Los paramilitares son grupos armados ilegales que combaten a la guerrilla izquierdista en medio de un conflicto interno de cuatro décadas, son acusados de cometer las peores violaciones a los derechos humanos y de contar con el apoyo de algunos efectivos de las fuerzas armadas.
 
Las ACC de Llanos, sostuvieron algunos acercamientos con el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, pero no se concretó el inicio de una negociación.
 
Llanos y su grupo, que llegaron a contar con más de 1.000 hombres, mantuvo en el último año una guerra sin cuartel con un escuadrón paramilitar rival, el Bloque Centauros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
 
Esa guerra entre paramilitares dejó cientos de muertos y heridos en las llanuras del nordeste de Colombia. El gobierno de Uribe, que mantiene una tambaleante negociación de paz con las AUC con la que busca la desmovilización de 20.000 combatientes, lanzó un ultimátum a los grupos enfrentados para que cesaran las hostilidades y depusieran las armas.   
 
"Lo único que recibimos es bala"
 
El mandatario no recibió respuesta concreta y ordenó una operación militar sin antecedentes contra esos escuadrones.
 
La peor parte la ha soportado Llanos, quien de acuerdo con fuentes militares se encuentra aislado, con unos pocos hombres, por lo que su captura o muerte podría producirse de un momento a otro.
 
"El ejército no ha perseguido a ningún grupo como lo ha hecho con nosotros, no entendemos todavía por qué. Las ACC creen que la salida más inteligente es el diálogo pero el gobierno no ha querido asignarnos una zona para llevarlo a cabo", aseguró Llanos, un hombre de unos 32 años cuyo verdadero nombre es Héctor Germán Buitrago.
 
"El gobierno no nos ha dado una zona segura para adelantar los acuerdos. Lo único que recibimos es bala del ejército".
 
El líder paramilitar, acusado de crímenes atroces que niega, reclama que el gobierno de Uribe le entregue una zona neutral en donde pueda concentrarse con sus hombres.
 
La zona sería similar a una de más de 300 kilómetros cuadrados de donde el gobierno retiró a sus fuerzas armadas, en el norte de Colombia, y en donde se concentran varios jefes de las paramilitares AUC que mantienen una complicada negociación de paz con el gobierno.
 
Pero fuentes gubernamentales dijeron a Reuters que el único camino para Llanos y su golpeada organización es que proceda a desmovilizarse con sus hombres y entregar las armas.
 
Llanos aseguró que está dispuesto a hacer la paz con el grupo paramilitar rival, después de que su peor enemigo dentro de esos escuadrones armados de ultraderecha, Miguel Arroyave, fue asesinado, hace más de una semana
 
"Por la paz de Colombia y de nuestra región, estoy dispuesto a hacer las paces. Las diferencias con el Bloque Centauros eran articuladas por Miguel Arroyave", aseguró el jefe paramilitar quien se abstuvo de responder si tuvo algo que ver con ese asesinato.
 
"En Colombia lastimosamente todos tememos morir y más cuando se está en una situación como la mía", concluyó Llanos.