Quienes forman parte de un grupo de fans coleccionan fotos, afiches, videos  y todo lo que tenga que ver con su artista favorito. También se encargan de hacer sonar las canciones de estos en las radios, y no faltan a sus conciertos.  

Las fanáticas de Luis Miguel en Ecuador dicen estar emocionadas por el concierto que el cantante mexicano dará en nuestro país el próximo mes. Ya preparan las gargantas (para gritar) y las piernas (para correr detrás de su autobús).

Para ser precisas con el término fanático –del inglés fanatic, que a su vez proviene del griego fanaticus–, el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua lo define como una persona que admira y defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento tus gustos.

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En el diccionario del club de fans “Las incondicionales de Luis Miguel”, ser una seguidora es fantasear en los ratos libres con conocer al objeto de tu admiración, y mostrar en cada comentario que hagas la histérica pasión que te provoca ver su imagen.

“También es importante ignorar el significado de la palabra “no”. Si el guardia te dice que no puedes entrar al camerino, significa que sí puedes”, comenta Michelle Torres, la presidenta. Es tu deber comprar las revistas en las que aparezca, cubrir tus paredes con afiches, celebrar su cumpleaños –aunque no asista, anota Susana Calderón–, tener un set completo de las apariciones televisivas y siempre saber dónde están.

Hecho comprobado. Quisimos saber dónde estuvo David Bustamante esta semana y nadie nos respondió más rápido que Andrea Vega, la presidenta de su club de fans oficial en Ecuador.

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“Está en los Estados Unidos en una gira, y  esta semana tenía previsto grabar con Tranzas la melodía Vale la pena”, indica Andrea, de 21 años, quien viajó ocho horas en bus un día antes de un examen importante solo para conocer a “Busta”.

Este club acoge a más de 250 chicas ecuatorianas que admiran al cantante español.

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Eso según la base de datos que maneja, a la par que sus estudios. “Hacemos dos reuniones al mes, pero también convocamos a sesiones extraordinarias”, comenta.

La labor de las fanáticas, indica Adriana Molina, presidenta del club de fans de Danilo Parra, no se limita a la adoración pasiva del artista. “Nosotras (45 chicas enamoradas de Danilo Parra) nos encargamos de llamar insistentemente a las radios para que sus temas suenen. “Hacemos sesión en Parramont, ocasionalmente, en las que la mayor parte del tiempo Danilo está presente, para saber de sus nuevos proyectos”, dice Adriana, de 16 años.

Para el cantante ecuatoriano, ellas son las artífices de su éxito. “Definitivamente  son las promotoras de mis ideas y de mis canciones. Ellas viven para incrementar el cariño del público. Se llaman club de fans, pero son mi mano derecha, porque han hecho crecer mi carrera”, manifiesta Danilo Parra.

Él cree que los clubes de fans son pequeñas organizaciones o microempresas bien estructuradas, que les otorgan a las chicas, además de un pasatiempo, un entrenamiento para futuras responsabilidades.

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¿Qué pasa en un club de fans cuando el grupo al que idolatran se desintegra? Los K-fans,  grupo de fanáticos asociados de Kiruba, mostró su descontento en un comunicado, tras conocer la separación y las contradicciones entre las integrantes del quinteto salido de ‘Popstars’. 

Carmen Jiménez, coordinadora general, les dio la razón a María José Blum, Diana Rueda y Mariela Nazareno en sus reclamos y se comprometió a apoyarlas en sus carreras individuales.

Lorena Delgado, directora de la  radio Punto Rojo, expresa que los clubes de fans más organizados que hay en el país son los de David Bustamante y Kiruba. “Ellos hacen camisetas, saben dónde están, hacen chats con clubes de otros países, a veces consiguen información que ni siquiera nosotros sabíamos”.

Cuando se trata de los estudios, algunos padres se oponen a que sus hijos pertenezcan a una organización tipo “club de fans”. Pero lo que hicieron los seguidores de Erreway en Ecuador fue ejemplar, cuenta Lorena. “Eran muchachos de segundo o tercer curso que se ayudaban en los deberes para poder ir al hotel y a los conciertos”.

Lorena, de 36 años, nos contó que era fanática del grupo Menudo, pero sus papás no la dejaban pertenecer a un club de fans. “En un club los chicos pueden aprender de organización, perseverancia y trabajo en equipo”, reflexiona.

Dice que lo que importa es que los adolescentes ocupen su tiempo libre en cosas sanas y se mantengan alejados de los vicios.