Prostitutas de seis países de América Latina iniciaron  en Lima una reunión internacional en busca de reconocimiento a sus derechos  humanos y para formar un frente que las defienda de las persecuciones, golpizas  y discriminación que sufren.
 
La cita, denominada Encuentro Internacional de Líderes Trabajadores  Sexuales, se inició a puertas cerradas en un clima de discreción en un hotel de  Lima, con la asistencia de delegadas de Brasil, Argentina, Ecuador, México,  Chile y Perú.
 
Uno de los objetivos es formar un frente internacional de trabajadores  sexuales que les permita hacer prevalecer sus derechos como mujeres ante los  constantes abusos que padecen en todos los países de América Latina.
 
"Ya existe una Red Latinoamericana de Trabajadoras Sexuales que reúne a  diversos gremios surgidos en los últimos años", dijo a la AFP una portavoz de  la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska: Vida y Dignidad, entidad  peruana organizadora del evento.
 
Actualmente las prostitutas de Argentina "tienen la batuta" en la red,  formada por trabajadores de varios países de la región, informó.
 
"Hay una gran carga social y una doble moral que afecta a las trabajadoras  sexuales", dijo la delegada peruana, indicando que rechazan ciertos términos de  uso común como "putas o rameras".
 
"Las trabajadoras sexuales ejercen un trabajo como cualquier otro y en  consecuencia cualquier otra denominación tiene un carácter peyorativo", dijo.
 
Parte de la lucha en que están envueltas incluye "cambiar el imaginario de  la gente" respecto a ellas, sostiene la Asociación Miluska, que tomó el nombre  de una integrante del gremio asesinada en un hotel de Lima en 1998.
 
Uno de los temas que debaten las asistentes a la reunión de Lima es la  vinculación del trabajo sexual con la pobreza que sufren sus países.
 
"El tema de tener que ejercer un trabajo sexual es una cuestión que escogen  porque no queda otra opción, es un oficio que tiene que ver específicamente con  el tema de la pobreza", explicó la fuente.
 
"Si las trabajadoras sexuales pudieran hacer otra cosa lo harían; no están  en ello porque les gusta, sino la mayoría de ellas se ven empujadas por la  falta de empleo y las crisis económicas en América Latina", añadió.
 
Otro tema debatido es el diseño de organizaciones que les permitan  enfrentar la discriminación y la explotación a las que las someten los  traficantes.
 
La mujer que realiza un trabajo sexual no está cometiendo un delito, lo que  está penado es el proxenetismo, subraya la asociación. Pese a ello, las  prostitutas son víctima de abusos por parte de agentes policiales, que las  persiguen, agregó.
 
Otro tema a tratar es encontrar fórmulas para combatir la discriminación en  el acceso a los servicios de salud y de justicia, y ver las formas de encarar  el manejo de los medios de comunicación.
 
Las asistentes al encuentro darán la cara este viernes en una rueda de  prensa en la que darán a conocer sus conclusiones.