Jorge Burdet y Marina Cedeño han sido cambiados de pabellones en varias ocasiones.

Desde el pasado 6 de febrero en que fueron recluidos en los centros de Rehabilitación Social de Varones y de Mujeres de Guayaquil, Jorge Burdet Cedeño y su esposa, Marina Concepción Cedeño Aguirre (ambos de 43 años), han pasado por dos y tres pabellones, respectivamente.

La pareja, detenida desde el 10 de octubre del 2003 en Puerto Ayora (Santa Cruz, Galápagos) fue condenada a 12, 16 y 20 años de prisión por violación de niñas, cuyas edades oscilan entre 6 y 12 años, suministro de drogas y filmar vídeos pornográficos infantiles.

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Burdet llegó inicialmente al área de Cuarentena y luego fue trasladado al pabellón de evangélicos Buen Samaritano (planta alta) que acoge a una población total de 447 internos. Entre ellos está el cubano norteamericano Joseph Anthony Day, de 68 años, sospechoso de filmar pornografía infantil.

Marina Cedeño llegó al 3º pabellón, luego pasó al 2º, donde compartía la celda con cuatro internas y desde el pasado 26 de agosto está en el área de Policlínico, donde se encuentran 15 reclusas. Entre ellas está Jesenia Rezabala Solórzano, cómplice de Ángel Mariscal Castillo, detenido en Miami (Florida) por liderar una red que producía y distribuía vídeos de pornografía infantil.

Por seguridad
El director del penal, Abel Jiménez, dijo que el cambio de Burdet lo decidió personal del departamento de Diagnóstico y Evaluación de la Penitenciaría “para garantizar la seguridad de Burdet” porque en Cuarentena había sido agredido por otros internos que conocieron de sus delitos.

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Lo mismo ocurrió en el caso de su esposa (Marina Cedeño), a quien, según sus compañeras de celda, otras reas amenazaron con quemarla por participar en los casos de violación de menores cometidos con su esposo, después de que la identificaran en los medios de comunicación durante las audiencias de juzgamiento.

Y es que en prisión los propios internos se toman la justicia para condenar en su misma ley a los acusados de delitos infantiles. Un caso se produjo el 23 de diciembre de 1991, cuando el interno William Mantuano asesinó con 19 puñaladas al sacerdote guatemalteco Juan Francisco Aragón Larrazábal, detenido por violación de tres menores. Otro similar ocurrió en la década del 90 con una pareja que violó y mató a sus hijos para ofrecerlos en ritos satánicos.

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Sin embargo, en sus respectivos pabellones, Burdet y Cedeño todavía despiertan el rechazo de muchos internos, aunque también gozan de la protección de sus más allegados compañeros de celda que los cubren cuando llegan periodistas de algún medio de comunicación para entrevistarlos, tal como lo constató este Diario el miércoles pasado.

Al respecto, el pastor Mártires Castillo, del pabellón Buen Samaritano, aclaró que los internos de esta área no han solicitado el traslado de Burdet. “Más bien yo envié un escrito al director del penal indicando que su problema (de Burdet) era muy serio”, acotó.

Agregó que Burdet participa en los cultos y ayunos con el resto de internos, pero considera que para obtener el perdón de Dios este “debe mostrar un arrepentimiento genuino reconociendo sus faltas”, algo que el procesado ha negado en las audiencias.

Mientras Marina Cedeño pasa sus días (de 08h30 a 17h00) en los talleres de manualidades del penal o en su celda y aunque, según su compañera Jennifer, suele mostrar actitud de arrepentimiento, a veces niega lo que ha hecho.

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EL CASO

CLASES DE BAILE
Los Burdet Cedeño daban clases de baile y canto a niñas de entre 5 y 10 años para formar el grupo musical Fantasía Latina. Se presume que Jorge Burdet allí las violaba, suministraba drogas y filmaba vídeos pornográficos con ellas.

VIOLADAS
Los exámenes médicos practicados a las seis menores permitieron descubrir que tres fueron víctimas de violación, mientras que el resto sufrió otro tipo de abuso sexual.

FILMADAS
En los vídeos aparecen unos 50 menores, de los cuales solo 32 víctimas de Santa Cruz han sido identificados; el resto sería de otras ciudades. Se presume que sean aproximadamente 150 los menores perjudicados en los últimos 15 años.

DROGADAS
Los exámenes toxicológicos realizados a las menores confirmaron que hay rastros de marihuana, cocaína y heroína en su sangre.