La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) anunció este jueves que prevé incorporar quince nuevos productos químicos a la lista de elementos peligrosos para el comercio internacional.
 
La inclusión de esos productos -entre los que se encuentran diversas formas de amianto, dos aditivos de plomo para la gasolina y una serie de plaguicidas de elevada toxicidad- está previsto se produzca la semana próxima durante una conferencia internacional, según un comunicado de la organización con sede en Roma.
 
La conferencia, que tendrá lugar en Ginebra (Suiza) entre el 20 y el 24 de septiembre, tomará su decisión con arreglo al procedimiento de consentimiento fundamentado previo (CFP) previsto en el Convenio de Rotterdam.
 
Dicho procedimiento permite a los países en desarrollo ejercer un mayor control sobre el uso de sustancias peligrosas en su territorio ya que impide la entrada de esas sustancias si no se ha dado consentimiento explícito a su importación.
 
La FAO recuerda que "en las últimas décadas los plaguicidas y los productos químicos industriales han sido responsables del envenenamiento o la muerte de miles de personas debido a los accidentes, al uso incorrecto y a la falta de control o de equipo adecuado en la utilización de estos productos".
 
"Además, todos los habitantes del planeta llevan en su cuerpo huellas de diversas sustancias químicas peligrosas, muchas de las cuales se asocian con el cáncer, las taras genéticas y diversos problemas de salud", según la nota.
 
No obstante, los plaguicidas son todavía un factor útil, como lo demuestra la actual plaga de langostas del desierto en Africa Occidental; lo importante, según la FAO, es mitigar los efectos de estos productos en las personas y el medio ambiente.
 
El CFP establece que cuando un país prohíba o limite un producto químico o un plaguicida en su ámbito nacional pero autorice su exportación a otros países, deberá facilitar al importador una nota de exportación con información práctica y detallada sobre el producto químico y su transporte.
 
De esta forma los países, en particular las naciones en desarrollo, tienen el poder de decidir que productos químicos o plaguicidas potencialmente peligrosos quieren importar y excluir los que no puedan manejar con seguridad.