Miles de manifestantes que marcharon este sábado en Santiago pidieron el encarcelamiento del ex dictador chileno Augusto Pinochet, al cumplirse 31 años del cruento golpe que lo instaló en el poder y culminó con el suicidio del presidente socialista Salvador Allende.
La marcha de 5.000 manifestantes, según estimó la policía, concluyó con disturbios y 25 detenidos en el Cementerio General de la capital chilena, donde las ceremonias se concentraron en la tumba de Allende y el Memorial del Detenido Desaparecido.
Los incidentes estallaron cuando grupos de jóvenes encapuchados intentaron levantar barricadas y lanzaron bombas incendiarias a la policía militarizada de Carabineros, que replicó con gases lacrimógenos y chorros de agua.
La columna inició su avance desde la plaza Los Héroes, en el centro de Santiago, y se detuvo por primera vez junto al palacio presidencial de La Moneda, donde Allende se suicidó con un fusil en medio del ataque terrestre y el bombardeo aéreo de los militares alzados, el 11 de septiembre de 1973.
Coronas de claveles rojos quedaron depositados en la puerta de Morandé 80 de la sede de Gobierno, que Allende acostumbraba cruzar al iniciar y concluir sus jornadas diarias, desde que se convirtió en el primer marxista que llegaba al poder por la vía electoral, el 4 de septiembre de 1970.
La multitud vivió instantes de recogimiento junto al palacio gubernamental, cuando un coro espontáneo entonó los versos y acordes del himno "Venceremos", que acompañó los mil días de la "Vía Chilena al Socialismo".
"¡Cárcel a Pinochet, ahora!", "¡No a la impunidad!", rezaban algunos de los carteles que exhibían los manifestantes, en su gran mayoría mujeres y hombres jóvenes que no vivieron esos acontecimientos.
El general Pinochet, de 88 años, gobernó con mano de hierro hasta marzo de 1990 y este sábado recordó la fecha en su residencia del barrio de La Dehesa, al este de Santiago, bajo el cuidado de sus médicos y enfrentado a investigaciones judiciales por los más de 3.000 muertos que dejó su dictadura.
Cientos de fotografías aheridas a los vestidos de las mujeres, evocaban a esas víctimas, mientras la columna seguía su marcha encabezada por miembros de los partidos Comunista y Socialista otras corrientes de izquierda.
Desde un parlante situado frente a La Moneda surgieron las últimas palabras de Allende, antes que su voz fuera silenciada por el ataque de los aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea.
En ese mensaje, el médico y líder político de 65 años, entregó su testamento político. "Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo", anunció Allende esa mañana.