El ex sargento norteamericano Charles Robert Jenkins, acusado por su país de haber desertado a Corea del Norte, se entregó esta madrugada a la justicia militar estadounidense en Japón, tras haber pasado casi 40  años en Pyongyang.

Jenkins, de 64 años, se presentó en la base militar de Camp  Zama, cuartel general del ejército norteamericano en Japón, al sur de Tokio,  para escuchar los cargos presentados contra él.

Publicidad

El ex militar espera de este modo llegar con el ejército de EE.UU. a  un arreglo que le permita no ir a prisión.

No se sabe cuánto tiempo permanecerá Jenkins en la base militar, quien se presentó acompañado de su esposa japonesa y de sus dos hijas.

Publicidad

El ejército norteamericano debe anunciar hoy la suerte que le espera al  ex soldado.

En principio, Estados Unidos quiere que una corte marcial lo juzgue por el  delito de deserción –pasible de cadena perpetua–, traición e incitación a la deserción.

Washington acusa a Jenkins de haber desertado en 1965 en la frontera  intercoreana. Su familia afirma, en cambio, que fue secuestrado y que luego  sufrió un lavado de cerebro.

Para Jenkins, según el diario japonés Nihon Keizai Shimbun,  que citó fuentes anónimas, la audiencia de hoy consistiría en el primer paso  hacia un arbitraje con el ejército norteamericano, en virtud del cual el ex  soldado sería llevado ante una corte marcial pero dispensado de una pena.

Este acuerdo le permitiría permanecer en Japón con su mujer y sus hijas,  según el diario, que precisa que el ex soldado regresaría al hospital tras la  audiencia.

Jenkins, que vivía desde 1965 en Corea del Norte, se encuentra  desde el pasado 18 de julio en Tokio con sus hijas y su mujer, Hitomi Soga, de 45 años, quien fue secuestrada por agentes norcoreanos durante la guerra fría y que regresó a Japón en el 2002.