Sin ser diputado, Jacobo Bucaram Pulley,  primogénito del líder del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) y ex presidente, Abdalá Bucaram Ortiz, participa activamente hace siete meses en la negociación política que la agrupación efectúa en el Congreso para viabilizar su retorno al Ecuador desde Panamá.

Por disposición del ex mandatario y bajo la tutela del jefe de los legisladores, Mario Touma, y el abogado defensor de Bucaram, Héctor Solórzano Constantine, Jacobito (como lo llaman familiares y amigos para diferenciarlo de su tío Jacobo Bucaram Ortiz) actúa como vocero de la familia.

Pero su actividad política empezó mucho antes y, de hecho, contribuyó a formar la imagen de perseguido político que promociona su padre. De niño participó con sus tres hermanos menores (Abdalá Dalo, Linda y Michelle) en las cuñas de televisión del PRE.

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Durante la presidencia de Bucaram (1996-1997), los sectores políticos le atribuyeron influencia en las aduanas, incluso uno de los guardaespaldas del ex jefe de Estado, Alejandro Muñoz (alias el Pepudo Alejo), declaró que este organizó una fiesta  para celebrar el primer millón de dólares que obtuvo en el manejo de esa dependencia. La familia Bucaram lo negó.

Sus tratamientos para bajar de peso también hicieron noticia. Alguna vez, según lo admitió el propio ex mandatario, el avión presidencial fue usado para llevarlo a EE.UU., donde recibió atención médica.

En el 2001, Jacobito y Dalo (como llaman a su hermano Abdalá) fueron acusados de participar en la agresión al ex estratega de la selección ecuatoriana de fútbol, Hernán Darío Gómez. Algunos testigos señalaron que los hermanos Bucaram y Joselo Rodríguez, fallecido dirigente del club Santa Rita, irrumpieron en la cafetería del hotel Hilton Colón y golpearon a Gómez; pero no hubo pruebas para inculparlos.

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Jacobito tiene tonos de voz  similares a los de su padre. Se refiere a los adversarios del PRE con epítetos parecidos a los que usa el ex presidente. Estudia Jurisprudencia y a sus 25 años, Touma lo percibe como “un hombre con visión”, pero que tiene que aprender a “desconfiar de las personas”, porque “él es muy bueno, como su padre”.