El conflicto bélico en Chechenia lleva más de doce años, dos guerras y decenas de miles de muertos. Chechenia declaró su independencia en noviembre de 1991, pero el presidente ruso de ese entonces, Boris Yeltsin, esperó hasta 1994 para enviar tropas y restaurar la autoridad de Moscú.

La primera guerra terminó en 1996, con una derrota humillante del ejército ruso, pero en octubre de 1999, el primer ministro ruso Vladimir Putin reanudó la ofensiva, luego de varios atentados en Moscú de los que culpó a los chechenos, aumentando su popularidad hasta llegar a ser presidente. Los rebeldes buscan la independencia de la república o por lo menos un autogobierno, y estuvieron muy cerca de conseguirlo, luego de su victoria en 1996. Tras el retiro de las tropas rusas, eligieron como presidente en enero de 1997, a Aslan Maskhadov y en el marco de las negociaciones de paz entre Grozni y Moscú, se decidió postergar por cinco años el establecimiento de un estatus político definitivo para la región.

Pero Maskhadov no pudo mantener bajo control a sus comandantes más radicales y la nueva república cayó en la anarquía. El Kremlin convocó a un controvertido referendo en marzo de 2003 que aprobó una nueva Constitución que le dio mayor autonomía a Chechenia, pero estipula que seguirá formando parte de Rusia.

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En octubre del 2003, el jefe de la administración pro rusa, Ahmed Kadyrov, fue elegido presidente, pero murió este año en un  atentado.

Ambas votaciones se realizaron en medio de la violencia y con la presencia de miles de soldados rusos en Chechenia, los que han sido acusados de cometer innumerables violaciones a los derechos humanos de los chechenos.