El asesinato en 1989 del candidato presidencial colombiano Luis Carlos Galán fue facilitado por agentes del Estado aliados con narcotraficantes, según una carta póstuma de un sicario que participó en el ataque.

El documento, que salió en la última edición de la revista Semana, fue escrito el 9 de mayo de 1992 por José Éver Rueda Silva, preso en una cárcel de seguridad de Bogotá, en la que un mes después fue asesinado.

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Rueda era el único presunto implicado en el crimen, pero fue asesinado como todos los pistoleros que formaron el comando que el 18 de agosto de 1989 mató a Galán, del movimiento Nuevo Liberalismo.

La confesión escrita precisa que los narcos Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, del cartel de Medellín y fallecidos junto a otros mafiosos, ordenaron y financiaron el asesinato de Galán.