Seguidores del clérigo chiita Moqtada Al-Sadr amenazan con convertirse en bombas humanas.
El Gobierno interino de Iraq indicó ayer que el clérigo chiita Moqtada Al-Sadr negocia su retiro de un santuario de Nayaf, mientras que miles de manifestantes en el sur de Iraq condenaron la ofensiva estadounidense contra esa ciudad santa.
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Las protestas se registraron en cinco ciudades de Iraq, donde los iraquíes expresaron su ira ante el asalto que lanzaron el jueves los marines de Estados Unidos contra las fuerzas de Al-Sadr.
Al-Sadr llamó a sus partidarios a “continuar la yihad (guerra santa), incluso si él muere como mártir”, declaró su portavoz el jeque Ahmed Al Chaibani, desde el mausoleo del imán Alí en Nayaf.
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Los milicianos del Ejército del Mehdi, de Al-Sadr, oscilaban ayer entre la incredulidad y la cólera, y algunos dijeron que estaban dispuestos a transformarse en “bombas humanas” debido a informaciones contradictorias de que el clérigo rebelde había sufrido heridas en los combates.
James Brandon, un reportero del semanario británico The Sunday Telegraph, fue liberado gracias a una intervención de Al-Sadr después de ser secuestrado por un grupo armado en Basora, que amenazó con matarlo en 24 horas si las fuerzas de EE.UU. no dejaban Nayaf.
En esa ciudad, un portavoz del clérigo, el jeque Ali Smeisim, indicó que Al-Sadr retiraría sus fuerzas de la ciudad si las tropas de EE.UU. también abandonaban la zona, y si las autoridades religiosas acordaban administrar los sitios sagrados chiitas de Nayaf.
Smeisim también dijo que Al-Sadr exige la liberación de sus guerrilleros y una amnistía a sus combatientes, así como que puedan participar en el proceso político de Iraq.
“No se tocará a Al-Sadr si abandona el santuario pacíficamente”, dijo Falah al-Naqib, ministro del Interior de Iraq.
El levantamiento de Nayaf, que ha durado nueve días, ha dejado cientos de muertos y amenaza con socavar el poder del primer ministro interino, Iyad Allawi, mientras trata de aplastar la rebelión radical chiita, que también ha afectado la exportación de crudo.
Asimismo, los aviones de EE.UU. bombardearon ayer varios blancos en la ciudad sunita de Faluya, al oeste de Bagdad, por segundo día consecutivo. Allí murieron cuatro personas, incluyendo dos niños, dijeron testigos.
Miles de partidarios de Al-Sadr protestaron frente a la Zona Verde, el complejo de Bagdad que alberga al Gobierno iraquí y a la embajada estadounidense.
Varios policías iraquíes también participaron con pancartas del clérigo.
Abdel Hadi al-Daraji, un allegado de Al-Sadr, dijo que “están tratando a los iraquíes como lo hizo Saddam (Hussein) y causando sepulcros masivos”.
PANORAMA
DECAPITADO
Una página de internet islamista difundió ayer un video en el que se ve al grupo de Abu Mussab al-Zarqaui, jordano vinculado a la red terrorista Al Qaeda, cuando decapitaba a un egipcio, acusado de espiar para Estados Unidos en Iraq.
VÍCTIMAS
Desde el miércoles pasado han muerto en enfrentamientos en Iraq unas 200 personas, entre civiles, milicianos, policías y soldados de la fuerza multinacional.
CRISIS
La ofensiva de las fuerzas estadounidenses en la ciudad santa de Nayaf podría originar una crisis en las regiones chiitas de Iraq justo antes de la Conferencia Nacional de mañana, que reunirá a 1.200 representantes de todas las comunidades, y que conducirá a las elecciones generales que se efectuarán en enero del 2005.