El poderoso huracán Charley se abatió este viernes sobre Fort Myers y Punta Gorda, en la costa oeste de Florida, con vientos máximos de 233 kilómetros y ocasionando marejadas que superaban los tres metros.
Charley, de categoría cuatro en la escala de intensidad Saffir-Simpson que llega hasta el cinco, tocó tierra en la tarde de este viernes a 177 kilómetros al sureste del área de Tampa Bay, en el oeste del estado que incluye a Tampa y a St. Petersburg.
Las autoridades pidieron a más de dos millones de personas evacuar antes de que el ciclón avanzará sobre la zona, cuyas pérdidas se calculan podrían ascender a unos 15.000 millones de dólares, según el gobernador del estado, Jeb Bush.
Para los expertos, el fuerte oleaje generado por el huracán "podría será el principal asesino" en las actuales condiciones.
"Este es el escenario pesadilla del que hemos estado hablando durante años", dijo Max Mayfield, director del Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami.
Charley se intensificó hoy en las aguas cálidas del Golfo de México y adquirió la categoría cuatro.
"Es un huracán muy peligroso para la costa oeste de Florida. Se deben evacuar las áreas costeras, entre Naples y Tampa", dijo a EFE Pablo Santos, meteorólogo del CNH.
El mortal huracán Andrew que se abatió sobre el sur de Florida en 1992 tenía esa misma categoría y ocasionó la muerte de 23 personas en este estado y en Luisiana y daños por unos 25.000 millones de dólares, según cifras del CNH.
Andrew está considerado como el huracán más destructivo del siglo XX en Estados Unidos.
El gobernador Bush había advertido que "Charley tiene la posibilidad de causar un impacto devastador. Se trata de algo verdaderamente atemorizador".
Florida está bajo estado de emergencia desde el jueves y hoy informó de que le había pedido por carta a su hermano un estatus especial para todo el estado que le permita recurrir a ayudas federales para paliar los daños que pueda causar el huracán Charley.
Se calcula que unos 6,5 millones de estadounidenses podría verse afectados por el paso del huracán que se prevé siga una trayectoria desde el centro oeste de Florida a Georgia, las Carolinas -que ya se encuentran en "vigilancia de tormenta"-, Virginia -donde llegaría el próximo domingo- y luego otros estados en el centro y noreste de EE.UU. de la llamada zona Centro Atlántica y Nueva Inglaterra.