El incendio de un supermercado el domingo, desatando una tragedia inédita en Paraguay, no fue provocado por ningún atentado terrorista, coche-bomba ni explosivo plástico, anunció el miércoles el gobierno.
Uno de los dueños acusó al fallecido gerente del supermercado ordenar el cierre de las puertas del establecimiento. En el siniestro fallecieron 464 personas y centenares resultaron heridas, según los informes oficiales.
El Fiscal General del Estado, Oscar Latorre, dijo que se apresta a dar cifras oficiales finales de víctimas porque estamos depurando las listas de fallecidos, heridos y desaparecidos. Hubo duplicaciones de nombres por el caos y heridos dispersos por hospitales privados y públicos.
No hay evidencias ni rastros de sabotaje; las investigaciones apuntan claramente hacia una fuga de gas y combustión rápida de las mercaderías y, sobre todo, la denuncia de mucha gente acerca de que las puertas fueron bloqueadas para evitar el pillaje, explicó el ministro del Interior, Orlando Fiorotto.
Confirmó que en las próximas horas comenzarán a trabajar los peritos del FBI y otros de Colombia y Argentina que llegaron el martes para ayudar; son expertos en casos de incendio.
Deben realizar sus primeras tareas toda vez que los ingenieros consigan apuntalar la estructura del edificio que amenaza con derrumbarse por el debilitamiento de la estructura a causa del fuego, especificó.
Fiorotto dijo que dentro del centro comercial existen zonas donde todavía nadie llegó para verificar si existen restos humanos o no porque la temperatura todavía era alta y por el peligro de derrumbe.
En el Palacio de Justicia concurrió a declarar Daniel Paiva, hijo del propietario del centro comercial siniestrado.
El gerente Vicente Ruiz estuvo a cargo del supermercado y si alguien dio la orden de cerrar las puertas una vez iniciado el incendio, fue él, dijo Paiva antes de ingresar al despacho del juez Pedro Darío Portillo.
Que nadie crea que estoy responsabilizando del siniestro a una persona muerta que ya no puede dar su versión; lamento su fallecimiento...
Agregó que no estuve en el local pese a que mucha gente dice lo contrario. Al mediodía fui a una confitería a realizar compras y luego al estadio de Cerro Porteño a comprar entradas para el partido de fútbol con Guaraní cuando me llamó por teléfono el suboficial de policía Fidel Aguilar, avisándome del incendio.
Llegué al local y pude salvar a cuatro o cinco personas ayudándolas a salir; después, la gente y la policía ya no me dejaron entrar al súper, comentó Paiva, de 26 años de edad.
Tanto Daniel como su padre Juan Paiva, más cuatro guardias privados de seguridad, fueron enviados el martes a la noche a la cárcel pública de Tacumbú, procesados por el juez Portillo por los supuestos delitos de homicidio culposo y omisión de auxilio.
Humberto Cassacia, socio del supermercado Ycuá Bolaños, también está procesado pero fue beneficiado con prisión domiciliaria al no tener, aparentemente, injerencia directa en la administración de la empresa.
El magistrado Portillo aclaró que para garantizar la responsabilidad civil de los acusados,dicté un embargo de sus bienes, en forma solidaria, por 60 mil millones de guaraníes (unos 10 millones de dólares).
El juez solicitó a la dirección nacional de registro una lista de los bienes como propiedades inmobiliarias, cuentas en bancos y financieras, automotores, aeronaves y yates.