A los 91 años de edad, la escritora y activista social ecuatoriana Nela Martínez (1912) murió en Cuba luego de una enfermedad que la llevó a la isla, en enero.

Su deceso se produjo ayer a las 08h00, después de sufrir una trombosis en el hospital Cimeq de La Habana. Por voluntad de su familia sus restos serán repatriados al Ecuador, pero no hay fecha precisa.

Reconocida como una activa líder de los movimientos sociales, sindicales y feministas, Martínez figura en la historia del Ecuador como la primera mujer diputada, en 1945, durante el segundo gobierno de José María Velasco Ibarra.
Además, fue la primera presidenta de la República, durante cuatro días a manera de reemplazo del depuesto presidente Carlos Arroyo del Río, en 1944.

Publicidad

Oriunda del Cañar, Nela Martínez también fue narradora, ensayista y crítica de arte y durante el último año presidenta del Comité Ecuatoriano por la Paz y la Soberanía.

Martínez creó estrechos lazos con el líder cubano, Fidel Castro, y movimientos de izquierda de toda América Latina y Europa.

Su vida sentimental estuvo ligada a tres hombres: Joaquín Gallegos Lara, Ricardo Paredes y Raymond Meriguet.

Publicidad

“Es una pérdida fuerte para los indígenas, trabajadores y personas de izquierda”, dijo  Lourdes Tibán, líder de la Ecuarunari (filial Sierra de la Conaie), al reconocerla por su ayuda a la organización india y como pionera de los grupos sindicales.

“No tuve el privilegio de conocerla en persona, pero conocí su vida a través de su trayectoria”, señaló Tibán, quien propuso hace una semana el nombre de Martínez al movimiento Mil mujeres por la paz en el mundo, como candidata al premio Nobel de la Paz.

Publicidad

Entre ocho mujeres ecuatorianas, se escogió a Martínez, por su trabajo y porque junto a Tránsito Amaguaña y Dolores Cacuango fue la gestora de la educación bilingüe en el país.

El escritor y ensayista Jorge Enrique Adoum también la identificó como una de las dirigentes femeninas más importantes, aunque su corto paso por la literatura también fue significativo.

Al igual como sucede con otras figuras de nuestra literatura, indicó Adoum, las tareas políticas que tuvo que desempeñar le quitaron el tiempo que pudo haber dedicado a la literatura, “pero no me atrevo a decir cuál es la más importante y en cuál pudo haber destacado más”, enfatizó.

Rocío Rosero, presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres dijo que la integridad y la ética en su trabajo de toda la vida, son el mayor testimonio de Martínez.

Publicidad