La crisis de los rehenes extranjeros en Iraq se agravó ayer con el anuncio del secuestro de un somalí y cuatro jordanos, después de la ejecución de dos paquistaníes.

Más de una veintena de extranjeros están retenidos como rehenes en Iraq. La mayoría, simples trabajadores que en muchos casos provienen de países en vías de desarrollo.

La táctica de los secuestradores consiste en disuadir la cooperación con el gobierno transitorio iraquí y las fuerzas de  coalición.

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Además, la inauguración de la Conferencia Nacional Iraquí, etapa crucial para la normalización política,  prevista para mañana, se postergó ante la ola de violencia que ayer dejó más de cien muertos por atentados rebeldes.

El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan,  fue quien pidió que se postergara para intentar asociar el mayor número posible de partidos iraquíes a  ese proceso.

Además Arabia Saudita se comprometió ayer a aportar una ayuda de mil millones de dólares a Iraq, prometida a fines del 2003 para las labores de  reconstrucción de este país.