El narcotráfico generó recursos por 38.000 millones de dólares entre 1980 y 1996, que permearon todas las esferas de la sociedad y  el Estado colombiano, y nutrieron a los grupos armados para profundizar y degradar la guerra, aseguró este miércoles el jefe paramilitar Ernesto Báez  ante el Congreso colombiano.
 
Al comparecer en audiencia pública en el parlamento, junto con otros dos  líderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Báez aseguró que una  solución del conflicto armado requiere el reconocimiento de que en el país  existe una "narcoeconomía de guerra".
 
"Estos capitales, que entre 1980 y 1996 se calculan en la astronómica suma  de 38.000 millones de dólares no sólo constituyeron un poderoso nutriente de la  guerra que desangra este país, sino que también fueron capitales infames que  financiaron la democracia, el fútbol, la contrarreforma agraria, los reinados  de belleza, las obras sociales", aseveró.
 
Báez, jefe político de las AUC, afirmó que "la crisis de autoridad, de  justicia y seguridad producto de la erosión institucional del Estado, que se  extendió durante 20 años desde 1982, corrió pareja con la subordinación  ascendente de los recursos provenientes del tráfico de drogas ilegales al  conflicto armado interno, esa es la verdad".
 
Señaló que tanto las guerrillas comunistas, como los paramilitares de  extrema derecha, mantienen un "formidable arsenal" adquirido en el mercado  convergente de drogas y armas.
 
"No es posible explicar de otra manera razonable la posesión de semejante  maquinaria de guerra en manos de las organizaciones armadas, y consiguiente  crecimiento exponencial del número de combatientes, ni el incremento enorme de  gastos militares sin el patrocinio perverso de la chequera inagotable de los  recursos del narcotráfico", añadió.
 
"Los dólares ensangrentados de la chequera perversa del narcotráfico siguen  subvencionando el terrorismo y la muerte, provocan desplazamiento, financian  los homicidios selectivos, costean masacres, promueven la corrupción y la  narcodegradación de la guerra", agregó.
 
Báez señaló que "esa verdad" debe ser discutida por la sociedad colombiana  en la búsqueda una solución al conflicto armado que lleva más de 40 años, y  ofreció, para debatir esa situación, la denominada Zona de Ubicación de 368 km2  donde se encuentran concentrados los 10 máximos jefes de las AUC y 400 de sus  hombres, para llevar a cabo las negociaciones de un proceso de paz.
 
Al Congreso comparecieron, además de Báez, el máximo líder de las AUC,  Salvatore Mancuso, y Ramón Isaza, quienes salieron esta mañana de Santa Fe de  Ralito, epicentro de la Zona de Ubicación, con un permiso de 48 horas para  exponer ante el Congreso su posición en el proceso que busca desmovilizar a  unos 20.000 combatientes antes de 2006.