La II Cumbre de Nacionalidades Indígenas del Tahuantinsuyo (Abya-Yala), en donde participaron 60 pueblos y comunidades indígenas de América, terminó ayer con una exigencia que para ellos se convertirá en un bastión de lucha: el no despojo de las tierras en donde habitan para satisfacción turística de las grandes transnacionales.

“Los territorios –en donde viven– son nuestros por tiempo, por historia, por derecho”, se anota en uno de los puntos que constan en la declaración de la II Cumbre suscrita ayer en esta ciudad.

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Nicia Maldonado, representante indígena de Venezuela, resaltó en la lectura del acta que hace más de 500 años los grupos indígenas fueron despojados de sus tierras por los colonizadores, divididos para garantizar el control político, y empujados a un nuevo y limitado hábitat; ahora la historia intenta repetirse aunque con más sutileza, pues  “bajo el manto de ecoturismo” quieren desterrarlos nuevamente.

Las comunidades resolvieron además elaborar una agenda común de protestas en todo el continente; establecer alianzas con movimientos sociales en el mundo, como un bastón de apoyo a sus reclamos; y exigir la libertad de los dirigentes indígenas detenidos tras huelgas en defensa de sus tierras.