Un hombre que mató a tiros a su esposa y su hijo de dos años fue ejecutado mediante inyección el jueves.
 
Mark W. Bailey dijo con voz serena   no, gracias, cuando le preguntaron si quería decir sus últimas palabras. Fue declarado muerto a las 21.07 en la cárcel de Greensville.
 
El gobernador Mark R. Warner rechazó el jueves su pedido de clemencia al señalar que el caso había pasado por varios tribunales. La Suprema Corte rechazó la apelación de Bailey el miércoles.
 
Bailey, de 34 años, mató de tres tiros a su esposa que dormía en la casa de ambos, en septiembre de 1998. Mató a su hijo momentos después, cuando el niño salía de la cama.
 
Bailey, veterano de la guerra del Golfo Pérsico y submarinista de la armada, fue condenado en julio de 1999.