Inmediatamente surge la sospecha: o hace quince años alguien nos estafó, metiendo la mano en la construcción del puente a desnivel sobre La Puntilla para llenarse los bolsillos con el dinero de los contribuyentes, o alguien quiere echar abajo el puente innecesariamente para construir uno nuevo y participar de un jugoso contrato.

Quizás exista una tercera opción, no lo sabemos. Lo que no puede ser, insistimos, es que la vida útil de dicha obra ya haya concluido. Los pasos a desnivel no duran solo quince años, aunque haya funcionarios despistados que no estén enterados.

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Sabremos la verdad cuando algún día el Ministerio de Obras Públicas entregue las conclusiones del estudio que sus técnicos están realizando sobre el terreno. Por supuesto, en el MOP estos asuntos se los procesa con la calma y parsimonia que caracteriza a algunos funcionarios estatales, así que la respuesta todavía demorará.

Es algo característico en nuestro medio: todo avanza lentamente cuando hay algo que ocultar.