Miles de grecochipriotas dieron la bienvenida ayer a la antorcha olímpica a su llegada a Chipre, la última escala en su gira por 33 países antes de que regrese a Atenas para la realización de la Olimpiada. Sin embargo, a diferencia de otros países donde su llegada ha simbolizado la paz y la fraternidad internacional, el paso del fuego olímpico a través del país dividido por la guerra provocó animosidad entre las comunidades griega y turca de la isla del Mediterráneo. Esto ocurrió después de que no prosperaron los planes para que la antorcha recorriera no solo el sur de la isla, controlado por los grecochipriotas, sino también la región disidente del norte, ocupada por Turquía.
Los turcochipriotas rechazaron el paso de la antorcha bajo las condiciones que establecimos, que son las mismas para todos los sitios visitados, dijo Georgios Bolos, funcionario de Atenas 2004, el comité a cargo de organizar los Juegos Olímpicos en esa ciudad y la gira mundial de la llama.