Los minutos transcurren lentos en la vida de Damián Lanza, arquero de la selección ecuatoriana. Siente que su corazón se divide, pero recuerda que es ecuatoriano de nacimiento, y a pesar de haber vivido 19 de sus 22 años en Argentina, y que su acento delate su formación en el fútbol rioplatense, dice ser más ecuatoriano que nunca.