Después de cada jornada de juego siempre se revisan los resultados

Ocho participantes cogidos de la mano forman un círculo y escogen dos personas para que representen el gato y el ratón, en el patio de la Escuela Fiscal Nº 317 Santiago de Guayaquil, de las calles Machala y El Oro en el sur de la ciudad.

Es un juego de antaño que sobrevive por divertido. Los niños se entusiasman e inquietan. Aquí, la persona que reemplace al gato será la que persiga al ratón, quien es la víctima. En la parte interna del círculo se encuentra el ratón, y en el exterior el gato, listo para la persecución.

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El juego comienza con un pequeño discurso:

Gato: “Ratón, ratón...”
Ratón: “¿Qué quieres gato ladrón...?”

G: “Comerte quiero”.
R: “Cómeme si puedes...”

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G: “¿Estás gordito?”
R: Hasta la punta del rabito

Es aquí cuando Maleny Sánchez , quien es el ratón, sale a la carrera del círculo y el gato, que es representado por Ángel Sotomayor, va en su persecución. Maleny utiliza toda su energía para impedir ser atrapada por Ángel.

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Los seis participantes restantes: Kenia Morocho, Diana Gema, Marlon Cueva, Thalía Peñafiel, José Erazo y Jhonny Lozano, forman la cueva para que se refugie el ratón.

Maleny alerta a sus compañeros por medio de gritos: ¡Abran cancha, ahí voy..!, para que estos la dejen entrar a cueva. Una vez que ingresa todos se juntan con mucha rapidez y quedan muy unidos.

Pero el gato no se rinde con facilidad porque intenta ingresar por medio de cualquier espacio que encuentre para atrapar al ratón.

Una de las estrategias para ayudar a Maleny, cuando quiere descansar de la persecución, es que sus compañeros engañen al gato. Dos de ellos  se aflojan las manos e invitan a ingresar al gato, es ahí cuando Maleny sale por el otro lado y vuelve a correr, mientras se cierra el círculo y Ángel queda atrapado, sin poder salir.

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Maleny se sienta por un momento y toma agua para recobrar energía, una vez que ya está lista se intercambian los papeles.

Para este entretenimiento solo hay tres oportunidades de atrapar al ratón. En caso de perder, el resto de concursantes le dan un ligero “tute”, que es un golpe, como castigo.

Para saber quién es más ágil  siempre juega un niño y una niña, y al término cuentan los resultados para ver quién ha perdido.

Este juego es una distracción para los niños, que casi siempre lo ponen en práctica horas antes de las clases de Educación Física.