El club Independiente Medellín se consagró este domingo campeón del Torneo Apertura-2004 del campeonato  colombiano de fútbol de primera división, tras empatar 0-0 con Atlético  Nacional en el partido de vuelta de la final disputado en el estadio Atanasio  Girardot de Medellín (noroeste). 
 
Independiente Medellín, dirigido por Pedro Sarmiento -ex asistente de  Francisco Maturana en la selección colombiana-, se había impuesto 2-1 en el  partido de ida, disputado el pasado jueves también en esta ciudad. 
 
Con la victoria, el Poderoso , como se conoce al Independiente Medellín,  se adjudicó el primer cupo de Colombia a la Copa Libertadores de América del  2005. 
 
Independiente Medellín había sido campeón de Colombia en tres ocasiones  (1955, 1957 y del Torneo Clausura-2002) y su mejor participación internacional  fue en la Copa Libertadores de América de 2003, en la que alcanzó las  semifinales. 
 
Atlético Nacional propuso el fútbol en el primer tiempo con variantes  ofensivas interesantes que lideraron Freddy Totono Grisales y Oswaldo  Mckenzie como ejes del bloque creativo, y que tuvieron eco en el habilidoso  Edixon Perea en ataque, pero la bien dispuesta zaga del Independiente Medellín  salió airoso en esas embestidas. 
 
El Poderoso , en cambio, jugó a las precauciones y protegiendo su ventaja,  y por instantes se olvidó de la ambición, volviéndose impreciso en el medio  sector, donde no apareció con eficacia el experimentado creativo Néider  Morantes para conducir al equipo y abastecer al solitario punta Jorge Horacio  Serna. 
 
Los verdolagas, que tenían la obligación como locales de coseguir la  victoria -al menos de 1-0 para igualar la serie-, cargaron desde el inicio  sobre el arco de David González, pero el joven golero se hizo figura con el  paso de los minutos tras evitar la caída de su valla tras sendos remates del  delantero Carlos Alvarez, al minuto 2, y de Mckenzie (33), y dominar todo el  juego aéreo que cayó sobre su área. 
 
Al trabajo de González también se sumó la impecable labor del cuatro  posterior de Independiente Medellín, que soportó las reiteradas pero también  imprecisas acciones ofensivas de Atlético Nacional. 
 
Los dirigidos por Juan José Peláez tenían la pelota y el control del  partido, pero sus intentos por llegar al gol se consumían en el último cuarto,  donde la falta de claridad de los verdes era inferior a la superioridad  defensiva de los rojos de la capital de Antioquia. 
 
Así se trenzó la lucha de los dos equipos en los primeros 45 minutos, con  Atlético Nacional con mayor volumen ofensivo y una mejor disposición táctica,  pero incapaz de hacer daño en el último sector de la cancha, donde  Independiente Medellín se notaba infranqueable y jugaba con los dientes  apretados. 
 
Para la segunda mitad Atlético Nacional salió a jugar al todo o al nada, a  encontrar el gol a verlo caer en su valla. Independiente Medellín, por su  parte, no cambió su esquema en el campo, continuó mantiendo la precaución en  defensa, dándole trabajo a sus volantes centrales y aguardando un error del  rival para cobrárselo en el contragolpe. 
 
Esa fue la tónica del período final: Atlético Nacional buscando a como de  lugar la puerta de González, así las acciones fueran atropelladas, mientras que  el Poderoso marchaba como un reloj en defensa, sin regalar nada al rival y  provocando uno que otro susto a sus compañeros de patio cuando éstos daban  ventajas lanzándose al ataque descuidando su zona posterior, además de ver cómo  el reloj jugaba a su favor. 
 
Con el pitazo final, la mitad de la ciudad de Medellín (400 km al noroeste  de Bogotá) comenzaba a vivir un auténtico carnaval en sus calles, parques y  otros sitios públicos, donde miles de hinchas del Poderoso celebraban a  rabiar el anhelado título colombiano.