El desfile de niños, mujeres y hombres de la cultura Kichwa-Otavalo rompe la cotidianidad de las actividades diarias en los campos, entre el 22 de junio y mediados de julio de cada año, durante los festejos del Inti Raymi o Fiesta del Sol.
Estas manifestaciones no solo se hacen con el objetivo de cumplir la tradición, sino para lograr que la cultura persevere, que las próximas generaciones la hereden y, más que todo, atraer turistas.
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El Inti Raymi es un ritual fundamentado en el calendario agroastronómico andino, el cual sigue el ciclo productivo de la tierra y que en el norte del país se denomina Kari Pascua o Jatun Puncha.
Concebido como un ceremonial religioso-cultural que se realiza en agradecimiento al Padre Sol y a la Madre Tierra por las primeras cosechas del maíz, el Inti Raymi se inicia con el solsticio de verano, el 22 de junio.
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Las celebraciones indígenas se realizaban desde épocas milenarias. Con la llegada de los españoles y su influencia en la religión, la fiesta adquirió nuevos componentes, pero no perdió su esencia, aseguró Imbaya Cachiguango, del Centro de Estudios Pluriculturales Indígenas de Otavalo.
El pasado 22 se realizaron bailes, ceremoniales y se ofreció abundante comida.