Dos astronautas de la Estación Espacial Internacional, un estadounidense y un ruso, tuvieron que regresar el jueves a la nave apenas cinco minutos después de haber salido al espacio exterior, debido a que su generador principal de oxígeno comenzó a perder presión.
 
La caminata espacial hubiera sido la más arriesgada en los seis años que la estación espacial ha estado habitada porque los astronautas podrían haber permanecido sin contacto con los controladores en tierra por espacios prolongados de tiempo.
 
Los astronautas Michael Fincke y Gennady Padalka comenzaron su caminata espacial de seis horas a las 2125 GMT, pero aunque la presión dentro del traje de Fincke no disminuyó, el nivel en su tanque de oxígeno mostró un rápido descenso, dijo la NASA.
 
"Necesitan regresar de inmediato, la presión dentro del tanque (de oxígeno) de Michael está descendiendo rápidamente", les informó uno de los controladores rusos desde la Tierra.
 
"Okey, Michael, estamos regresando", dijo Padalka, el comandante ruso del laboratorio orbital.
 
El objetivo de la caminata espacial de ambos astronautas era reparar uno de los cuatro giroscopios que mantienen a la estación espacial estable y orientada hacia el sol para poder aprovechar la energía solar y convertirla en electricidad, de acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de Estados Unidos.
 
La Estación Espacial Internacional (EEI) es un complejo orbital de 200 toneladas de peso construido mediante módulos independientes que se han ido agregando paulatinamente al laboratorio, que orbita la Tierra a 400 kilómetros de altura.
 
El giroscopio ha estado inoperante desde abril cuando el interruptor de un generador portátil falló y dejó de suministrar la electricidad necesaria para que el sistema continuara funcionando.
 
Este es el segundo giroscopio que deja de operar en la EEI, dejando al laboratorio orbital con sólo dos de los cuatro funcionando, algo que preocupa a los técnicos de las agencias espaciales estadounidense y rusa.
 
"Tenemos que tener al menos dos giroscopios funcionando para poder operar la EEI sin tener que consumir combustible", explicó el administrador de operaciones de la estación espacial de la NASA, Mike Suffredini.
 
"Obviamente, deseamos lograr de nuevo la capacidad plena (de los giroscopios), de modo que si tenemos una falla en otro de ellos, aún podamos tener la electricidad suficiente para no gastar combustible".   
 
Necesidad de reparaciones
La reparación podría haber sido un trabajo de rutina si los vuelos de los transbordadores espaciales estadounidenses no hubieran tenido que suspenderse después del desastre del Columbia el año pasado.
 
Sin embargo, la suspensión de las misiones de los transbordadores impidió que las tripulaciones de la estación espacial se cambiaran con mayor frecuencia y permanecieran en ella tres astronautas, en vez de sólo dos, de modo que siempre quedara alguien a bordo del laboratorio orbital.
 
Cuando los únicos dos astronautas que permanecen en la EEI están fuera de la estación para una caminata espacial, el peligro de que si ocurre un fallo a bordo pueda convertirse en una situación catastrófica aumenta enormemente, pero, por otra parte, otras dos fallas en sistemas del laboratorio apremian la necesidad de realizar reparaciones.