El director de cine Michael Moore, acérrimo crítico de la administración Bush, admitió ayer que filmó los abusos perpetrados contra prisioneros en Iraq desde hace meses, pero que decidió callar hasta el lanzamiento de su nueva película.

“Lo tuve meses antes de que la historia saliera a la luz pública en el informativo ‘60 Minutos’ (de la cadena de televisión estadounidense CBS), y realmente me esforcé pensando qué hacer con eso”, dijo Moore al San Francisco Chronicle.

“Quise difundirlo antes, pero pensé que me acusarían de hacerlo solo para promover mi cinta. Eso me impidió tomar quizás la decisión correcta”, dijo el realizador.

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El documental de Moore, Fahrenheit 9/11, ganó el máximo premio en su género en el Festival de Cine de Cannes en mayo pasado.

La cinta, que se estrena en las salas de cine estadounidenses el 25 de junio, critica la reacción del presidente George W. Bush a los ataques terroristas del 11 de septiembre.

“El material de los detenidos en mi película es aún más horrible que lo que vimos en esa prisión (Abu Ghraib), porque ocurre al aire libre y es lugar común”, señaló Moore.