La embajada de Portugal en La Habana fue escenario esta noche de un insólito encuentro entre Antonio Castro, uno de los hijos del líder de Cuba, Fidel Castro, y las esposas de varios disidentes encarcelados por el gobierno cubano.
Antonio Castro atendió una invitación de la embajada portuguesa, que convocó hoy por primera vez a disidentes y esposas de opositores presos a una recepción organizada con motivo de su fiesta nacional.
La llegada del hijo del presidente cubano sorprendió a los numerosos diplomáticos y funcionarios extranjeros que se encontraban en la recepción, poco acostumbrados a encuentros con familiares de Castro en eventos de este tipo.
Antonio Castro departía amistosamente con varios diplomáticos europeos, como los embajadores de Bélgica y España, cuando un grupo de esposas de disidentes encarcelados se percataron de su presencia y se acercaron a él para exponerle la situación de sus maridos en las cárceles de la isla.
"Soy Laura Pollán, esposa de un preso político", fueron las palabras de presentación de la mujer de Héctor Maceda, sentenciado a 20 años en los juicios sumarísimos que condenaron a 75 disidentes en abril del pasado año.
Laura Pollán explicó después a un grupo de periodistas extranjeros que las esposas aprovecharon la "receptividad" del hijo de Fidel Castro para hablarle de la situación de sus familiares en prisión.
"El dijo que no era político sino médico, pero que haría todo lo posible como médico para ayudarnos", dijo Pollán.
"Me tomó de las manos en una actitud muy cariñosa", agregó la esposa de Maceda, que aseguró que Antonio Castro se mostró "muy receptivo" y que llegó a comentar que "él entendía que Cuba era de los cubanos y que deberíamos resolver los problemas entre cubanos".
El embajador portugués, Mario Godinho, no pudo ocultar tampoco su sorpresa por la presencia de Antonio Castro, el penúltimo de los cinco varones que tiene Fidel Castro con Dalia Soto del Valle.
Antonio Castro es cirujano ortopédico, forma parte del equipo médico que atiende a su padre y es un apasionado del deporte.
Godinho, que llegó a La Habana hace tres meses, comentó que había invitado al hijo del presidente pero no tenía confirmación de su asistencia.
El diplomático señaló que había comunicado al gobierno cubano la presencia de disidentes en la recepción, en cumplimiento del acuerdo adoptado el pasado año por los países de la Unión Europea.
En protesta por las condenas impuestas a 75 disidentes y la ejecución de tres secuestradores, la UE aprobó en junio de 2003 un conjunto de sanciones contra el gobierno de la isla que incluían, entre otras, invitar a los opositores a las embajadas con motivo de las fiestas nacionales.
La decisión europea provocó un serio malestar en el gobierno de la isla y desencadenó una crisis bilateral sin precedentes que ha supuesto la práctica "congelación" de las relaciones entre los funcionarios cubanos y los diplomáticos de la UE en la isla.